Mentiras, cortinas de humo, medias verdades... todo eso trae estos follones. Lo que está claro es que este hombre lleva la última década sin saber por dónde le da el aire y al final, las cosas simples y sencillas, por miedo o temor a no sé qué prejucios (si los tiene debería evitar este tipo de cosas), las envuelve de una manera dando explicaciones poco convincentes (siempre las mismas), como cuando llamaba a la prensa a Zarzuela para que Spottorno les contara nada, levantando un continuo velo de desconfianza. No aclares que oscurece.
Al pan, pan y al vino, vino. Si hubiese sido un regalo, dudo que el Rey Felipe le hubiese dejado quedarse con el velero, menos cuando se percibe que lo tiene ferreamente apartado de la agenda oficial de Casa Real (demuestra en quién deposita su absoluta confianza, sus dos reinas y se acabó y tampoco le hace falta más). Si lo ha comprado, estupendo, que lo utilice, promocione las regatas clásicas o se caiga al agua (que tiene todas la papeletas). Y si lo han comprado otros para que él lo utilice de higos a brevas y como dice Ana, con la intención de que tenga una tripulación propia, pues que lo expliquen como es debido, que no somos tan tontos para entenderlo.
Las versiones que está acostumbrado a dar no se le ocurren ni al que asó la manteca.
Pd: Lamballe, también me encantas. Muy poco te estás dejando leer ultimamente.