En la parte delantera de la base de la corona se encuentra el gran diamante Cullinan II, de talla cojín, también conocido como la Segunda Estrella de África. Se trata del segundo diamante más grande del total de 9 obtenidos del Cullinan. El primero, el Cullinan I o Estrella de África, se encuentra en el Cetro del Soberano con Cruz.
Cullinan IIEl Cullinan es el diamante de mayor tamaño jamás descubierto. Fue encontrado en la mina Premier, a unos treinta kilómetros de Pretoria, Sudáfrica, en 1905. Frederick Wells, Jefe de Superficie de la mina, fue alertado por un objeto brillante que destellaba en una de las paredes. Wells extrajo un enorme diamante que pesaba 3.106 quilates y medía 10,1 x 6,35 x 5,9 cm. Fue bautizado con el nombre del Presidente de la Premier Diamond Mining Company, Sir Thomas Cullinan. La magnitud de la piedra, unida a su extraordinario color blanco azulado y a su excepcional claridad, lo convirtieron en el diamante más célebre del mundo.
Modelos de la piedra originalEl Gobierno de la antigua provincia de Transvaal compró la piedra y se la obsequió a Eduardo VII en 1907, a
modo de gesto simbólico para cerrar la brecha entre Gran Bretaña y Sudáfrica tras la Guerra de los Bóeres. Tras ciertas dudas iniciales, el Rey aceptó el regalo por recomendación del Gobierno británico. Le fue entregado formalmente el día de su 66 cumpleaños, el 9 de noviembre de 1907, en Sandringham.
Tallar semejante piedra supuso un reto considerable, por ello fue enviada a los mejores talladores de diamantes de la época: los Asscher de Ámsterdam. Tras un trabajo de ocho meses, a cargo de tres pulidores que trabajaron 14 horas diarias, se obtuvieron nueve grandes piedras, 97 más pequeñas y algunos fragmentos sin pulir. A cada una de las grandes piedras se le asignó un número del I al IX, y hoy en día se las sigue llamando así.
Los 9 Cullinans tallados por Asscher
Las dos piedras más grandes recibieron los nombres de Cullinan I y Cullinan II. Fueron entregadas al Rey en el Castillo de Windsor en 1909. Se montaron temporalmente como un gran broche para la Reina Alejandra, pero tras la muerte de Eduardo VII, pasaron a formar parte de las Joyas de la Corona. Hoy en día están montadas en el Cetro de 1661, y en la base frontal de la Corona Imperial de Estado, de 1937.
Asscher se quedó con los Cullinan III, IV, V, VII, VIII y IX, las 97 piedras más pequeñas y los fragmentos como pago por cortar y pulir el gran diamante Cullinan. A su vez, Eduardo VII adquirió el Cullinan VI como obsequio para su mujer, la Reina Alejandra. Finalmente, el Gobierno de Sudáfrica compró el resto de Cullinans tallados por Asscher y se los regaló a la Reina María en 1910. Para la coronación de 1911, la Reina María hizo montar los Cullinan III -talla pera- y IV -talla cojín- en su nueva corona (la veremos más adelante). Ambos diamantes se encuentran montados en un gran broche a día de hoy.
Los Cullinan III y IV
Todas estas gemas, heredadas por Isabel II, están montadas en varias joyas, pero no forman parte de las Joyas de la Corona.