Esta mañana han tratado el tema en lo de Alsina. Os recomiendo escucharlo, pues ha sido una conversación muy centrada. Se produce durante los 20 primeros minutos de la tertulia.
Uno de los participantes ha sido Eduardo Madina. A todos les ha parecido curioso, por no decir sospechoso, que los autores no aporten una sola prueba o los nombres y apellidos de las fuentes consultadas. Alsina es muy pejiguero en estos asuntos. Entre otros, ha puesto énfasis en que tampoco se da el nombre y apellido de la supuesta hija (aunque es obvio a quien se refieren). Como todos tienen mucho recorrido en el ámbito editorial, creen ver en ello una garantía para evitar una futura demanda por parte de Alejandra.
A Javier Caraballo le ha parecido algo totalmente irreal y asegura que la familia de Alejandra ya ha hablado y que ella no tardará en hablar. Pareciera conocer a personas que así se lo han transmitido. Otros, como Rubén Amón, no encuentran anormal que un Borbón tenga un hijo ilegítimo. Siempre ha existido una censura autoimpuesta por parte de los medios, así que, ¿por qué no?
La conclusión a la que llegan es que podría ser el escandalazo del siglo, uno más para JC, o un patinazo de dimensiones apoteósicas. Les parece extraño que unos autores publiquen algo así sin estar 100% seguros, pero también les resulta sospechoso la casi ausencia de pruebas.
En mi opinión, la única que podría acabar con esto, sería Alejandra. También JC, que a pesar de que la credibilidad no es su fuerte, no suele desmentir casi nada de lo que dicen sobre él. Esta vez sí lo ha hecho. Las demandas pueden resultar muy higiénicas cuando algo es totalmente falso. Alejandra, en cambio, podría querer esperar a que sus abogados lean el contenido del libro para ver por dónde podrían meter mano. A la prensa, y a nosotros mismos, no nos ha hecho falta atar muchos cabos para saber que se refieren a ella. Como dice Ángeles Caballero, cualquiera que haya crecido con el Hola, sabe quién era Charo Palacios, los Montarco y su siempre presente hija Alejandra.
Yo estoy alucinando desde ayer. No porque salga una hija secreta. En peores plazas hemos toreado, casi estamos curados de espanto. El meollo está en quiénes son, madre e hija. Personas muy presentes en el ámbito social, mucho más que otros aristócratas con títulos infinitamente más importantes o relevantes. Eran presencia indiscutida en las revistas de todas las semanas. No es que hayan ocultado a Alejandra. Al contrario, es un personaje público que el Hola se encargó de hacer conocer. Estaríamos ante un Carmen Díez de Rivera 2.0.
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