Febe escribió:
Está fenomenal que toda la familia tenga buena relación privada. Yo eso no lo dudo, y me alegra un montón.
Pero a nivel público, el Rey mantiene alejados a su padre y a su hermana. No creo que se lo exijan los políticos, creo que él sabe perfectamente cómo pueden afectar ciertos comportamientos pasados a la Corona. A la imagen de neutralidad, o a ciertas críticas. Y por eso hay distancia. Creo que es muy prudente haciéndolo. No sé si lo veis como yo.
¿Aprueba el resto de manifestaciones públicas del resto de la familia inmediata? ¿Algo como el anuncio que grabó su sobrina? ¿Victoria le pidió permiso y le dijo que sí, a sabiendas de que sería comentado y polémico... algo que cualquiera predice? Bueno, si me decís que sí, que tanto el Rey como el Jefe de la Casa le dieron el visto bueno, me lo tendré que creer.
La Princesa María da Gloria no sé quién es. Si va o no va al Rocío, no creo que me entere.
Sin entrar en detalles que no vienen al caso, y porque sería largo de tratar y explicar, he tenido la suerte de gestionar una asistencia oficial de la Casa Real a un acto, con todo lo que conlleva. Y no imaginas hasta qué punto interviene el Gobierno, en general. Algo que, como ya he dicho alguna vez, no está relacionado con que sea de un determinado partido (porque el que mejor sitio le ha dado al Rey, en mi opinión , sigue siendo del mismo partido que el actual) pero que, en el caso del actual, ha sobrepasado con mucho lo que habían hecho los anteriores 5 presidentes en la democracia.
Ni siquiera los actos privados están ahora mismo exentos de control por parte de Moncloa. Y en círculos políticos de los dos principales partidos (de esos que no son siervos), militares, empresariales, periodísticos y diplomáticos se habla sotto voce de que una de las razones del cambio en la estructura de la Casa del Rey es, precisamente, para acabar con esa ocultación constante que frustró, por ejemplo, una gira tras la COVID y que ya tenía actos en organización. Al fin y al cabo, los gobiernos pasan pero el Rey permanece, incluso tras su muerte. Y la obligación de la Casa no es contentar al gobierno que hoy está y mañana no, sino servir a España y a largo plazo.
Y digo lo que digo siempre: no se trata de ideologías. Todo esto es diplomacia y alta política.