PrincesaLeia escribió:
Del artículo de Carmen Duerto: "La benjamina carece de tales ornamentos hasta que el rey decida, si lo decide que aún no ha dado ninguno, concederle un título nobiliario, y para que las diferencias se acorten, el Rey cuida de ello."
¿Se os ocurre algún título que pudiera estar disponible para Sofía y que sería positivo recuperar? Y, de no ser así, ¿qué título estaría bien crear?
Tras una búsqueda rápida en Internet he visto que tanto el ducado de Lugo como el de Palma fueron creados ex profeso para las Infantas por sus enlaces. Por lo tanto, supongo que lo lógico sería también crear uno nuevo para Sofía. Recuperar el Condado de Barcelona no sería lo más adecuado porque, política aparte, es de rango inferior al de sus tías.
El Condado de Barcelona es propio de los soberanos de los Condados Catalanes, siendo el título principal que representaba al soberano en aquellos territorios. Desde la unión de Ramón Berenguer IV de Barcelona con la Reina Petronila de Aragón el título se unió al de Rey de Aragón, y que junto a los de rey de Mallorca, de Valencia, de Sicilia, de Córcega, de Cerdeña y de Nápoles así como duque de Atenas y de Neopatria conforman la titulatura histórica que proviene de la Corona de Aragón y de la que aún es depositario Su Majestad el Rey.
El título de Conde de Barcelona revirtió inmediatamente al Rey tras el fallecimiento de Don Juan de Borbón, en 1993. Sólo él, como titular de los derechos dinásticos, hijo de rey, padre de rey y rey sin corona pero sí de iure según la tradición monárquica, se reservó el uso de dicho título por el vínculo con Barcelona. Fíjate si es superior a cualquier otro título que, en el RD sobre los títulos y tratamientos de la Familia Real, se reconoció expresamente ese uso, otorgándole a los Condes de Barcelona honores iguales a los del Príncipe de Asturias.
Gracias a Dios, a la firme decisión del Rey Don Juan Carlos y a la generosidad del gobierno de Felipe González (generosidad que no siempre tuvieron otros gobiernos anteriores) y posteriormente del gobierno de Aznar, tanto Don Juan como Doña María recibieron en su fallecimiento lo que les correspondía en derecho: honores de Rey y Reina de España y por fin se pudo reconocer la entrega absoluta de Don Juan por España y su democracia.