Foro DINASTÍAS | La Realeza a Través de los Siglos.

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 30 Oct 2014 22:37 
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TVE se debate entre Carlos I y Carlos V

Carlos V (o Carlos I) podrá campar por TVE. La propuesta de la productora Diagonal TV para dar continuidad a su serie Isabel, recientemente premiada con el Premio Nacional de Televisión, ha obtenido el visto bueno del Consejo de Administración de la corporación RTVE.


ElMundo.es http://www.elmundo.es/television/2014/10/29/5450f94fe2704e91588b4587.html

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 04 Nov 2014 14:28 
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Isabel - Capítulo 35 - Felipe y Juana llegan a sus reinos.

El archiduque Felipe acepta la oferta francesa para que él y Juana viajen hacia Castilla atravesando los dominios del rey Luis. Lo hacen cuando estalla de nuevo el conflicto en Nápoles entre Fernando y el monarca francés. Todos temen que los herederos de Castilla y Aragón acaben siendo retenidos como rehenes en Francia.

Por otra parte, la última infanta que quedaba junto a Isabel ha de emprender viaje hacia Inglaterra, donde pronto desposará al príncipe de Gales. Sus naves están a punto de zozobrar en el Cantábrico e Isabel, ante el peligro que corren sus dos hijas, teme enloquecer si les ocurre una desgracia.


RTVE.es a la Carta: http://www.rtve.es/alacarta/videos/isabel/isabel-capitulo-35/2841914/

Curiosidades históricas
- Juana 'La Loca', una heredera muy cuerda en su visita a Francia.
http://www.rtve.es/television/20141103/juana-loca-heredera-muy-cuerda-visita-francia/1036983.shtml

-Modas y costumbres del siglo XV: El armario de Isabel la Católica.
http://blog.rtve.es/moda/2014/11/el-vestuario-de-la-serie-isabel-.html

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 04 Nov 2014 16:42 
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Una semana más, las aportaciones de Mabel Villagra. Hoy toca el tema tributario.

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En la Foto: Excelente de a 4 de los Reyes Católicos, Ceca Segoviana.

ALCABALAS: TIPOS Y SU IMPLANTACIÓN EN CASTILLA, LA GRANADA NAZARÍ Y LA ESPAÑA MUDÉJAR.

IMPUESTOS CASTELLANOS.
A lo largo de los siglos de la Edad Media, aparecieron en Castilla diversos impuestos, siendo los más importantes los Almojarifazgos los, Portazgos, los Diezmos y las Alcábalas (palabra de origen árabe, de “qabala”, cobrar). Estos impuestos gravaban respectivamente, aduanas, derechos de paso a ciudades y caminos, impuestos religiosos al 10% y las alcábalas, que se han mencionado en este capitulo 35, que gravaban el volumen de las ventas y era el que más ingresos producía a la Hacienda Real.

Entre reinos, la frontera y sus jurisdicciones fiscales se delimitaba geográficamente con mojones.
A veces, había productos vedados entre reinos que había que controlar (durante la Guerra de Granada, por ejemplo, caballos o armas), para ello aparecen la figura de los alcaldes de saca y cosas vedadas.

Los animales de transporte estaban exentos de pagar impuestos. Los más usados fueron los mulos (con silla de albarda y alforja). También estaban exentos del cobro de impuestos en época de Isabel los libros y las aves de caza.

DIEZMOS, ALCÁBALAS Y PRÉSTAMOS.
Del diezmo derivarían las tercias que nacieron tras la propuesta del rey Fernando III al papa Inocencio IV con la posibilidad de que la Hacienda Real obtuviese el tercio del diezmo que se destinaba a la construcción de las iglesias, con la finalidad de atender los gastos militares del asedio de Sevilla. Conseguida esta primera participación, que alcanzó las dos novenas partes del diezmo, la autorización pontificia fue renovándose, hasta convertirse en 1494 bajo los Reyes Católicos en un recurso permanente del Estado, conocido con el nombre de “tercias reales” con las que sufragarían gran parte de las Guerras de Granada.

Las alcábalas fueron “el impuesto” por excelencia de la Hacienda Real castellana en este periodo. Gravaban entre el 5% y el 10% sobre bienes muebles e inmuebles, La regulación del impuesto se realizaba meticulosamente en los llamados Cuadernos de alcabalas, como el de 1491. El pago se hacia ante escribanos de número, a los que se responsabilizó de la entrega de un albarán de la escritura a los recaudadores de alcabalas. Por otra parte, la cantidad percibida sería una mínima parte de la teóricamente posible. Incluso las alcabalas que debían ser cobradas por el rey no fueron en la mayor parte de los casos percibidas directamente por un agente público, sino por un arrendador.
Hubo también préstamos facilitados por judíos, nobles y algunos banqueros con motivo de la guerra de Granada. Y como ya se vio en ISABEL 2.

IMPUESTOS ESPECIALES PARA LAS MINORÍAS JUDÍA Y MUDÉJAR.
Las minorías sociales en la época de Isabel, judíos y mudéjares (minoría musulmana bajo la protección de la Corona de Castilla) tributaban, o como decían entonces “pechaban” a la Corona.

Lo que conocemos como "morerías" y "juderías", no sólo cumplieron una función segregadora de separación cultural y religiosa con los cristianos viejos, sino que también se hizo a efectos tributarios y censales ya que era mejor controlar estadísticamente y por impuestos a quienes estuvieran en un mismo recinto.

Se comenzaron a pagar o "pechar" cuatro tipos de impuestos: En 1480, debían pagar "la cabeza de pecho", el servicio y el medio servicio a cambio de la protección real, judíos como mudéjares. Y, en 1482, se establece, en efecto, el castellano de oro que pagarían ambas comunidades religiosas.
Una vez conquistada Granada, y durante el periodo de 1492-1500 (musulmanes mudéjares) y posteriormente tras los bautizos forzados que los convierte en “cristianos conversos de moro” o “moriscos”, los nuevos cristianos granadinos ex musulmanes deben pagar no sólo los impuestos castellanos sino otros específicos de origen nazarí como el de la seda, el de los hábices (bienes –raíces) y la de la hagüela.

Otro impuesto de origen nazarí, la “farda”, estaba destinado a la manutención de la red de fortalezas en la costa y de sus guarniciones frente a un hipotético ataque de piratas berberiscos o turcos que comenzaban ya por esta época a intensificar sus ataques.

Otro impuesto de origen nazarí y casi equivalente a las alcabalas, era el Magrán, que gravaba siempre en porcentajes inferiores al 10%.

Cuando las poblaciones musulmanas de Granada se subleven, y lleguen las conversiones, su pacificación supondrá el bautismo forzoso y la aplicación de unos impuestos misceláneos entre la antigua fiscalidad nazarí y cristiana. Por ejemplo, el 22 de julio de 1501 los vecinos de Jerez y el Marqués del Zenete firman un nuevo acuerdo, donde se registran las nuevas obligaciones tributarias de los nuevos conversos moriscos.
Esta nueva situación fiscal implica la existencia de nuevos pechos o impuestos sin que nueva­mente se hubieran anulado los anteriores, por lo que suponemos que se incrementó la presión fiscal sobre los moriscos.

OTRAS FUENTES DE FINANCIACION.
Castilla bajo los Reyes Católicos vivió una etapa de clara expansión económica.
Los Reyes Católicos favorecieron a la ganadería frente a la agricultura. Concedieron nuevos privilegios de la todopoderosa Mesta (ley de pastizales y ley de arriendos). A partir de 1501, se reservaron para el pastoreo todas aquellas propiedades donde el ganado ya hubiera pastado una vez, además de congelar el precio de los arrendamientos de las dehesas donde se instalaba el ganado trashumante.
Regularon de forma monopolística el comercio de la lana de las ovejas merinas. Potenciaron la feria de Medina del Campo, el Consulado de las Lanas de Burgos y la exportación por el Cantábrico. De esta forma el comercio de la lana se convirtió en una fuente de recaudación de impuestos para la Corona. Estos impuestos iban a sufragar los crecientes gastos de la Monarquía tanto en su política de expansión territorial como en el mantenimiento de una creciente masa de funcionarios reales.
La Guerra de Granada exigió impuestos especiales como la Bula de Cruzada.

LOS IMPUESTOS EN EL TESTAMENTO DE ISABEL.
El Testamento de Isabel la Católica establecería que se anularan las concesiones realizadas de alcabalas, tercias, pechos y derechos, así como que se recuperasen los maravedíes situados sobre las rentas reales por los préstamos para la guerra de Granada, evitando que pudieran convertirse en juro de heredad. Sería interesante encontrar la relación, firmada por la Reina, de aquellas mercedes de ciudades, villas, lugares y fortalezas, que revoca porque se concedieron contra su voluntad, y que anula en el testamento.
Asimismo, suprime cualquier uso, costumbre y prescripción por los que los grandes caballeros pudieran impedir que los vasallos apelaran abusos en la tributación de impuestos o de sus justicias ante la reina y sus chancillerías.

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 06 Nov 2014 18:46 
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Se me pasó poner las Luces y Sombras de Enrique Aznar Pardo para los interesados, disculpen. :XD:

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LUCES Y SOMBRAS

CAPÍTULO 35

Empieza a resultar ya una costumbre curiosa que en cada capítulo nuevo de la serie tenga que nacer, casarse o morirse alguien... Desde la boda del príncipe don Juan “el Flojo” con Margarita “la Apasionada” y de la infanta doña Juana “la Manipulada” con Felipito “el Guaperas” hemos salido a casi un par de grandes acontecimientos de este tipo por episodio: la muerte del príncipe, la de su heredero, la boda de doña Isabelita de Aragón con Manuel “el Potras”, el nacimiento del príncipe Miguelico de la Paz, la muerte de doña Isabelita, la boda de doña María “la Feliz” con el viudo de su hermana, la muerte de Miguelico de la Paz, el nacimiento de Carlos “el emperadorcico”... ¡La madre de Dios, esto es un no parar...

Y por medio de todos estos altibajos, la reina doña Isabel no sale de una alegría cuando se mete en otra pesadumbre (“las tres puñaladas de la reina”, menciona Tarsicio de Azcona en su obra sobre la vida y reinado de la reina católica: las muertes de Juan, Isabel y Miguel de la Paz), a las que hay que añadir en este episodio más contrariedades: los archiduques osan pasearse por la corte de Luis XII en Blois y Amboise (¡preciosos ambos “châteaux” del Loira, os recomiendo vivamente su visita!) para disgusto de Juana y sus padres, Colón -a quien no veíamos desde hace ya unos capítulos, con aquello de las perlas y tal- regresa a Castilla y se pone chulito; en Nápoles el Papa obliga a abdicar al rey Fadrique por haber osado ponerse en contacto con el Turco y los ejércitos de Francia y de las Españas se demuestran mutuamente que el tratado de Granada tiene el mismo valor exactamente que un cagarro de perro; en Castilla, las pujantes y tozudas personalidades de Talavera y Cisneros vuelven a chocar a pesar de estar de acuerdo en el tema de las alcabalas; Catalina tiene prisa por marcharse a Inglaterra a casarse con Arturo, pero es que el padre del novio (Enrique VII) ansía más la dote de su nuera que a su propia nuera: y finalmente, con almorranas y desairado por un maldito cabrero, Felipe “el Guaperas” llega a Segovia con el culo escocido y su esposa que a estas alturas no sabe ya por dónde le da el aire y le espera la sorpresa de que don Fernando es aún más cabrón, inteligente e hipócrita que don Felipe y su almorrana.

Todo ello plagadito de...

LUCES

- He visto en este episodio momentos sublimes de diplomacia palaciega. Los diálogos entre Busleyden y Fuensalida, entre Fuensalida y Andrés de Cabrera (que según la novela -y la Historia- debería haber sido Gutierre de Cárdenas), entre la Trémoïlle y Luis XII, entre Ana de Bretaña y Juana de Castilla han sido sencillamente sublimes, auténticas lecciones de protocolo. ¡Qué grandes secundarios –repito una y mil veces- tiene esta serie, a la altura de los personajes principales!

- La trama napolitana, muy bien reflejada en la serie, merece la pena ser explicada un poco, aunque sea someramente: Alfonso V “el Magnánimo” de Aragón había conquistado Nápoles en 1442 y a su muerte le sucedieron varios monarcas de su Casa (Fernando I -llamado “Ferrante”-, Alfonso II y Fadrique o Federico I) hasta que en 1494 Carlos VIII de Francia invadió el reino alegando derechos heredados de sus antecesores. Nápoles estuvo, así, bajo la órbita de los reyes de Aragón y de Francia a partir de ese momento, pero siempre como campo de batalla disputado entre ambas coronas. En la serie se menciona a Fadrique de Nápoles: efectivamente, subió al trono napolitano en 1496, era hijo de Ferrante y hermano de Alfonso II, pero fue depuesto en 1501, preso y enviado a Francia tras la firma del tratado de Granada, tal y como sale (muy bien) reflejado en la serie

- Espléndido duelo de voluntades entre Cisneros (DON Eusebio Poncela) y Talavera (DON Lluis Soler, que también se lo ha ganado a pulso) a propósito de las alcabalas. Dos personajes admirables con unas personalidades llenas de matices, de claroscuros, de dobleces (sobre todo Cisneros), espléndidamente dibujadas. Así como otros eclesiásticos (Fonseca, por ejemplo, o Carrillo en la primera temporada) eran abiertamente negativos, incluso villanos en ocasiones, los dos arzobispos de esta tercera temporada están a mi entender mucho mejor perfilados, tienen una riqueza dramática extraordinaria. Verlos aparecer y escucharlos dialogar en pantalla es todo un regalo para el espectador, de veras...

- La serie domina cada vez mejor los ambientes palaciegos, las grandes ceremonias... La recepción del rey Luis XII y doña Ana de Bretaña a los archiduques en Blois (con esa desafiante negativa de Juana a inclinarse ante los enemigos de sus padres), la entrada de Juana y Felipe en el alcázar de Segovia, recibidos por los todopoderosos Reyes Católicos ataviados con los colores de Castilla, Aragón y Sicilia, la entrevista de Colón con una majestuosa e impresionante doña Isabel... Sí, lo tenéis dominado. A mí es que estas escenas me ponen los pelos de punta

Y sin embargo... tampoco hoy ha dejado de haber

SOMBRAS

- A pesar de que es cierto el caso de las alcabalas y que está documentado que Cisneros se oponía abiertamente a su cobro por los abusos que producía... a mí, chicos, me ha parecido que este tema ha estado un poco cogido por los pelos en la trama del capítulo. Me ha encantado, ha estado genial... pero no he podido dejar de pensar que ha sido una excusa para hacer aparecer una vez más a esos dos monstruos de la escena que son Don Lluis y Don Eusebio. O sea: a título personal, ver a Cisneros y a Talavera discutir en pantalla es espléndido. Pero como elemento argumental... en esta ocasión lo he visto un poquito forzado. No he llegado a ver la relación con la trama general del capítulo, caramba.

- Siguen sin aparecer por ninguna parte los celos de Juana. A ver: me parece muy bien que no se haya querido incidir en el amor patológico de doña Juana hacia su esposo en la serie, pero una cosa es evitar las referencias a “Locura de Amor” (Aurora Bautista, Fernando Rey, 1948) y otra muy diferente es convertir a doña Juana en una víctima única y exclusivamente política de los manejos de su marido. En este sentido, me gusta más (al menos hasta este momento) la visión de la locura de la infanta de Castilla que se mostraba en “Juana la Loca” de Vicente Aranda que la que veo hasta ahora en la “Isabel” de Jordi Frades... Sin que por ello niegue un punto de mérito ni al argumento de sus guionistas, ni a la interpretación de las actrices, ni a la dirección de ambas obras.

- Una contradicción... La escena de la recepción de los Reyes a su hija y su yerno ha sido fabulosa, con una solemnidad apabullante... una solemnidad protocolaria... una solemnidad estricta... ¡una solemnidad excesiva. coño! En la novela, Martín Maurel explica que la reacción del rey Fernando al ver a su yerno fue exageradamente cordial, abrazándolo con fuerza y dejándolo completamente descolocado. Yo esperaba ver en esta escena un desborde de campechanía más propio de don Sancho Gracia que del que nos ha deleitado su hijo Rodolfo. Esperaba palmaditas en la espalda, sonrisas abiertas, efusiones de abuelita besucona con los nietos... No sé, vaya... Esperaba más de esa escena. No obstante, la sonrisa hipócrita de don Fernando hacia su yerno y el comentario final de Felipe (“Bien, si ese es el juego, ha encontrado contrincantes a su medida”) me han reconciliado un poco con mis defraudadas expectativas...

- Fonseca... Ufff, hoy he vuelto a ver a Francesc Garrido demasiado estereotipado. Parecía un “malo” de opereta, diciéndole a Colón lo mal que se había portado y cuánto había disgustado a la reina... como si ella no estuviese presente En capítulos anteriores creía haberle visto al personaje otro tipo de matices (más egoístas, más maquiavélicos, más sutiles), pero en éste ha vuelto a las andadas... Mal. No desastrosamente, vaya, pero mal.

- Hoy me ha gustado Nachete Aldeguer, mira. Pero ha sido porque ha salido sólo apenas tres minutos... XDDD

Y bueno, alguna cosa más habrá que comentar, pero ya lo iremos haciendo entre todos. Por el momento...

He dicho.

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 07 Nov 2014 12:06 
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Los desnudos muros del palacio de Enrique IV

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/ ... 84238.html

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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 11 Nov 2014 21:24 
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Dramatica escena final del Isabel36. La Princesa Juana haciendo gala de su inestabilidad mental frente a sus reales padres. :-O


:life:


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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 12 Nov 2014 19:18 
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Isabel - Capítulo 36 - Isabel&Fernando o Juana&Felipe

Juana y Felipe son jurados en Cortes como herederos, pero eso no resuelve la inquietud de Fernando e Isabel por la suerte que correrán sus reinos en manos de los príncipes. Conscientes de la influencia de Busleyden sobre Felipe, Isabel trata de ganárselo. En Inglaterra, la muerte del prometido de Catalina abre un conflicto con el rey Enrique, que no está dispuesto a renunciar a la dote. La joven sufre las consecuencias.


A la Carta en RTVE.es http://www.rtve.es/alacarta/videos/isabel/isabel-capitulo-36/2848683/

¿Cuándo empezó Juana a mostrar los primeros síntomas de locura?

http://www.rtve.es/television/20141103/cuando-empezo-juana-mostrar-primeros-sintomas-locura/1041340.shtml

¿Llegó Catalina virgen al matrimonio con Enrique VIII?

http://www.rtve.es/television/20141103/llego-catalina-virgen-matrimonio-enrique-viii/1041421.shtml

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 12 Nov 2014 19:21 
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LUCES Y SOMBRAS

CAPÍTULO 36

Hoy, durante una hora larga, la alargada sombra del inefable Nicolás Maquiavelo se ha proyectado sobre cada una de las numerosas tramas que han integrado este capítulo 36 de “Isabel”: pocas veces se había visto en una ficción española tan bien representado ese espíritu que, lejos de ser negativo o detestable, es ante todo una lección de alta política, de astucia y de inteligencia. Este capítulo 36, como lo han sido otros muchos, ha resultado una inmensa partida de ajedrez en la que las grandes figuras de la política europea de la época han movido sus piezas con perspicacia, ocultando sus intenciones y descubriendo los puntos débiles de sus adversarios. “Tretas y traidores” se titula este capítulo en la novela de Martín Maurel, y desde luego que no le falta razón.

Felipe está exultante y orgulloso, al lado de su esposa, ante su reconocimiento como príncipe consorte de Asturias, pero no le dura demasiado la euforia al comprobar que su suegro lo desprecia y desconfía de él, ni tampoco es tan digno contrincante de don Fernando como él cree: le hemos visto caer en una fácil y previsible trampa urdida por el aragonés para desenmascararlo y dejar al descubierto su rendida pleitesía al rey de Francia. Además, la muerte de Busleyden, mentor y consejero del archiduque (y mil veces más astuto y juicioso que su señor), ha dejado a Felipe prácticamente en bragas, desamparado y a merced del ambicioso don Juan Manuel de Villena, que además cuenta con el apoyo de la misma reina Isabel y se las ve muy felices para “trepar” y medrar en el futuro entre cuatro cortes (Flandes, Francia, Aragón y Castilla).

En Nápoles las armas de los Reyes Católicos reculan ante el poderío francés y ante la falta de recursos (aunque me ha parecido escuchar un fallo histórico de los gordos, que repasaremos en las “sombras”). Mientras, en Inglaterra, un rey que más parece mercader somete a vejaciones a su nuera -recién enviudada del príncipe Arturo (¡otra muerte, salimos a una o dos de ellas por capítulo!)- con tal de no perder la sustanciosa dote que lleva cosida a las faldas, y doña Catalina, muy dignamente, prefiere morir antes que verse mancillada en su intimidad por una corte que no la quiere ni la respeta. Sólo el jovencísimo príncipe de Gales, Enrique, se ha fijado en ella... lo cual es aprovechado por Fuensalida para ofrecer una salida digna al conflicto... Y aún así, todos sabemos cómo acabó el asunto.

Y por último, Juana empieza a dar muestras ya cada vez más evidentes de su desequilibrio mental abandonando las Cortes de Aragón en pos del “olor a macho” de su hombre (¡intolerable muestra de desprecio hacia quienes deben ratificarla como princesa heredera!) y le monta una escenita cuando es nombrado embajador de Castilla ante el rey de Francia... Juana está como una cabra. Sin lugar a dudas. No es ya que quede reflejado en la serie: es que pocos meses más tarde la reina doña Isabel duda en su propio testamento de que su hija sea capaz no ya de gobernar, sino ni siquiera de reinar dignamente, para lo cual designa a su esposo don Fernando como regente y a Cisneros como albacea “si mi hija NO PUDIERE EXERCER EN PERSONA el gobierno de mis reinos”. A Felipe, por supuesto, ni mención. En la corte real, al menos, no se le quería ni en pintura...

Vayamos, pues, a por las

LUCES

Ha habido muchas y muy variadas, muchas de ellas protagonizadas por los actores principales de la serie, Michelle y Rodolfo. En este capítulo hemos visto muchas, muchas escenas (y frases) de las que ponen la piel de gallina

- Quiero empezar, así, señalando que me ha encantado la fabulosa entrevista de la reina doña Isabel con el arzobispo Ximénez (en la serie llamado “Cisneros” ) en la que la soberana se justifica sin necesidad ante su confesor por haber concedido el obispado de Coria a Busleyden y le pide ayuda para sobrellevar los problemas del reino. Dos grandes actores en dos magníficos papeles.

- Del mismo modo, me ha resultado conmovedora hasta provocarme un leve mohín de nariz moqueante (ya os he dicho que soy duro como Arnold Schwarzenegger en estos asuntos) la escena en la alcoba de la reina entre Fernando e Isabel enferma, cuando ésta -febril y sintiéndose morir- le confiesa a su esposo “Tengo... tanto miedo”. Magnífica, mi señora doña Michelle. Los pelos como escarpias... Y eso que sabíamos que no se podía morir aún (quedan... ¡sólo tres capítulos! )

- Otra frase espléndida para el recuerdo: “¿Permitiréis que nuestra partera os examine?... Siempre que antes acabéis con mi vida”. A cuadros. Me he sorprendido a mí mismo levantándome y aplaudiendo a la infanta aragonesa. ¡Qué dignidad, qué distinción, qué tronío! ¡Ole sus ovarios, doña Catalina! ¡La palabra de una princesa de Aragón y Castilla es Honor y Ley!

- Enternecedores los esfuerzos sobrehumanos de la reina Isabel para que su hija se quede con ella y el fruto de su vientre (que será el príncipe Fernando, futuro archiduque de Austria y emperador de Alemania tras la muerte de su hermano Carlos V) nazca en Castilla, como así sucederá aún para disgusto de su madre, la pobre doña Juana. La actitud de la infanta, atada de pies y manos por su amor enfermizo a su marido, hace que la escena entre la madre y la hija resulte especialmente conmovedora...

- Maquiavelismo, maquiavelismo, maquiavelismo puro en Fernando poniendo una trampa burda al lerdo de su yerno, en la reina Isabel ofreciendo -y Busleyden aceptando- el obispado de Coria, en el señor de Belmonte recibiendo el favor y la confidencia de la reina Isabel, en el archiduque Felipe sospechando que la muerte de su mentor ha sido provocada por el veneno y haciendo que el de Belmonte beba de la copa de vino antes que él... Un nido de serpientes, una jaula de escorpiones peligrosos e impredecibles en la que los personajes se mueven como Pedro por su casa.

- En otro orden de cosas, me ha parecido también muy acertada la ambientación de la corte inglesa... se aprecia a la perfección el cambio en los ropajes, en los tocados, en los modos cortesanos, en el atrezzo de las estancias. Enrique VII es un viejo zorro tacaño y se le nota hasta en lo ajado de sus vestidos... Y el joven príncipe de Gales, el futuro Enrique VIII, es una criatura encantadora que acaba enamorando a la propia infanta castellana. Por cierto: un toque gracioso ha sido el de la criada (también llamada Catalina) diciéndole a Fuensalida “No es la primera vez que el príncipe trae un libro a mi señora... pero hoy lo ha acompañado con unas ristras de salchichas” (casi se ha oído el furioso rugido de las tripas de la camarera al decir estas palabras XDDD)

SOMBRAS

- Ha habido un fallo garrafal -si no lo he entendido mal- al hablar de la derrota del Gran Capitán en Seminara... lugar donde hubo TRES batallas: en 1495 (derrota española de Gonzalo de Córdoba en la Primera Guerra de Nápoles), en 1502 (derrota española de Hugo de Cardona en la Segunda Guerra de Nápoles) y en 1503 (victoria española también en el contexto de la Segunda Guerra de Nápoles). Si a la que se refiere don Fernando es a esta última (21 de abril de 1503), en ella las fuerzas españolas comandadas por el conde don Fernando de Andrade derrotaron a las tropas francesas de Bérault Stuart d'Aubigny... así que me temo que de derrota... nanay, don Fernando .

- La escena de la lucha entre el castellano y el borgoñón en la puerta de la catedral de Toledo ante los ojos del marqués de Moya me ha parecido francamente superflua. No creo que hiciese falta para entender los enfrentamientos entre castellanos y borgoñones y sólo ha servido para ennegrecer todavía más las tintas con que se está mostrando al archiduque Felipe... ¡al que sólo le faltan ya el rabo y los cuernos para ser el Diablo reencarnado, caramba!

- A riesgo de resultar pesado, y sin que por ello niegue que las escenas a las que me refiero me encantan en su aspecto argumental e interpretativo (si bien también opino que Irene Escolar llora muy mal, muy fingido), sigo pensando que el tema de la “locura de amor” de Juana no está enfocado de forma históricamente correcta. Sigo echando cada vez más en falta ese componente de celos patológicos que muchos cronistas de la época reflejaron en sus escritos...

- Por ese motivo, y con esto acabo, la escena final, la escena cumbre del capítulo no quiero incluirla como una “luz”... a pesar de que ha sido un momento emotivo, culminante y desgarrador para doña Isabel, escénica y teatralmente muy impactante. Pero precisamente por esa ausencia de una motivación más profunda que la simple atracción que Juana siente hacia su marido... me ha parecido desproporcionada. Trataré de explicarme: si ADEMÁS del pánico que siente Juana hubiésemos visto el efecto que los celos enfermizos ejercían sobre la pobre princesa de Asturias, esa escena final, ese dolor de la infanta al ver alejarse a su esposo fuera de su control y a merced de las “furcias” gabachas que sin duda lo acosarán por su belleza, habría sido el colofón perfecto para el capítulo, pero así, casi de una forma plana y sin matices, he encontrado la escena muy sobreactuada en la motivación de la actriz protagonista...

Por lo demás, repito y repetiré siempre, que las penumbras no oculten las magníficas, las excelentes luces de capítulos como el que hemos disfrutado...

He dicho.


Enrique Aznar Pardo.

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 12 Nov 2014 19:34 
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!Qué momentos más emotivos nos está dando esta serie!
La música elegida es maravillosa y todo me está encantando.
Por cierto, me encanta la actriz elegida para hacer de Catalina...Transmite muy bien, la dignidad de esa reina y tal como la describen.

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 14 Nov 2014 17:16 
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Iselen escribió:
Los desnudos muros del palacio de Enrique IV

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/ ... 84238.html


Yo, solo y exclusivamente por esta vez, me alegro de que haya crisis


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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 21 Nov 2014 20:17 
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Isabel - Capítulo 37 - La llamaban Juana 'La Loca'

Felipe viaja a Francia para negociar la paz con Nápoles en nombre de Fernando. El rey francés no desaprovecha la ocasión para intentar atraerle de nuevo a su bando. Tras la partida de su esposo, a Juana le obsesiona reunirse con él. Tanto se enfrenta con la reina que esta acaba por enfermar. Fernando e Isabel deciden que Juana se aleje de la corte, con la esperanza de calmar su ánimo.

En RTVE.es a la Carta: http://www.rtve.es/alacarta/videos/isabel/isabel-capitulo-37/2857335/

- ¿Estaba Juana 'La Loca' tan desequilibrada?

http://www.rtve.es/television/20141117/estaba-juana-loca-tan-desequilibrada-sufria-alguna-enfermedad-psiquiatrica/1047888.shtml

-¿De qué murió Alejandro VI, el Papa Borgia?

http://www.rtve.es/television/20141117/murio-alejandro-vi-papa-borgia/1047949.shtml

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 21 Nov 2014 20:19 
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No podía ser de otra forma: La visión del profesor Enrique.

Las 'Luces y Sombras' de 'Isabel'.

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CAPÍTULO 37

Amigos míos, hoy estoy francamente decepcionado con este capítulo de la serie. He tardado unas horas más en escribir estas “Luces y Sombras”, que cada semana se aproximan más al triste final de nuestra bienamada reina, porque nunca creí que iba a sentir la desilusión que como historiador y como profesor de Historia experimenté apenas acabó el episodio. Pero hablaremos de las causas de esta decepción en el momento oportuno...

Es el caso que la emisión comenzó extraordinariamente bien, como acostumbra... Vimos a doña Juana deslizarse hacia el abismo de la locura de amor y de angustia por no poder seguir los pasos de su amado esposo, mientras da a luz a un hijo que no parece importarle. Vimos al necio, ambicioso e impresentable don Felipe prometérselas muy felices al firmar un tratado con Luis XII de Francia para repartirse con él el reino de Nápoles en las personas de su hijo Carlos y la hija del rey de Francia, Claudia, sin tener en cuenta el parecer de don Fernando, el cual -viejo y astuto zorro- sabía que tal acuerdo era papel mojado sin validez alguna, pues don Felipe no tenía más potestad que la de representar, no la de negociar ni decidir nada sin consentimiento de su suegro... Vimos a la heredera de Castilla blasfemar, insultar a sus padres, amenazar de muerte a la marquesa de Moya, recibir por ello bofetadas de las manos blancas de su propia madre, amagar su propio suicidio y comportarse como una orate desquiciada a instancias de una carta imposible escrita por un niño de tres años... Vimos la muerte de un papa, la profunda tristeza de una reina, cuya enfermedad fatigosa la va conduciendo poco a poco hacia la Muerte, las armas victoriosas -¡al fín!- de Aragón en Nápoles de la mano del Gran Capitán (Ceriñola, Seminara, Barletta...), la invasión del Rosellón y su inmediata liberación triunfal y, finalmente, la marcha a Flandes de una pobre infeliz de mente desahuciada que ya no volverá a ver a su madre con vida.
Todo ello en medio de una innegable cantidad de...

LUCES

- ¡Por Dios, un Goya, un León de Oro, un Oscar y un César para Don Eusebio Poncela y para Don Ramón Madaula! Santo Cristo, qué escenas nos han regalado estos dos actores a lo largo de todo el capítulo, qué interpretaciones, qué mezcla sublime de maquiavelismo, de astucia, de perspicacia y, a la vez, de preocupación, de ternura y de lealtad hacia los Reyes y hacia su hija doña Juana... El paseo de Cisneros con Juana alrededor del castillo de ¿La Mota? y su reposada conversación han sido de lo mejor de toda la serie... O los conciliábulos entre Cisneros y Chacón ante el fuego: “Triste es que no puedan convivir madre e hija. ¿Cuántas veces se da tal desgracia? Tantos amores devienen en odio...” (Cisneros recuerda tal vez a su perdido hermano Bernardino). Un trabajo extraordinario. En palabras del propio Jordi Frades: una maravilla.

- Isabel se apaga. Como una vela esplendorosa que se va quedando sin cera, consumida por el dolor de ver cómo la labor de su vida se hace añicos por culpa de los “puñales de dolor” que han atravesado su corazón (las muertes de Juan, de Isabel y de su nieto Miguel de la Paz), de una hija desnortada que parece haber olvidado que su destino es reinar sobre Castilla y de un yerno infame, ambicioso, traidor e inepto. Isabel se muere... Y Michelle Jenner nos lo hace notar. Querida amiga, eres un regalo para la escena española...

- Fernando.... se endurece. La ternura que muestra hacia su mujer se torna odio profundo hacia el hijo de mil putas de su yerno y resentimiento, incluso, hacia su hija Juana, que parece haberse sometido de tal modo a Felipe de Habsburgo que más parece sortilegio de encantamiento diabólico que locura de amor pasajera. La mirada de Fernando da miedo, es dura como el acero, no hay apenas rastro en ella de compasión ni cariño. Todo el que aún posee lo guarda para su esposa, a la que contempla languidecer (“¡¿Por qué habéis permitido que la reina abandonase la Corte en su estado?!”) sin poder hacer nada por evitarlo. Y de la misma manera que Michelle se apaga, Rodolfo Sancho transforma a Fernando “el Católico” en roca y lo hace fiel retrato del Príncipe de Nicolás Maquiavelo. Creo que puedo muy bien ponerle voz a su padre, don Sancho Gracia (R.I.P.), para decirle “Estoy muy orgulloso de ti, hijo mío”.

- Excelentes escenas en el patio de armas del castillo de ¿La Mota? con doña Juana aferrándose a las verjas y siendo convencida por la compasión de un sargento de armas para que, al menos, acceda a refugiarse en la caseta de los guardias. Gran talento interpretativo el de Irene Escolar... que en este capítulo se merecía o bien un buen par de bofetadas (lo de su madre ha sido una caricia) o bien una temporada con el “Hermano Mayor” (idea que al parecer apuntaba Michelle Jenner durante el rodaje de estas escenas XDDD)

- El rigor.... Otra gran luz del episodio: todos los acontecimientos narrados en este capítulo 37 -sobre todo los referentes a la locura de Juana y su encierro en el castillo de La Mota de Medina del Campo- se podían seguir en las obras de Tarsicio de Azcona, de Manuel Fernández Álvarez, de Fernando González Doria, de Joseph Pérez, de Carlos Fisas, de Luis Suárez con una precisión casi milimétrica. Y lo he demostrado ya con un par de citas de dichos libros. Que la interpretación de la locura de Juana sea o no exagerada, que el personaje sea más o menos plano o que tenga unos rasgos más o menos marcados no es óbice para que los hechos narrados no puedan contrastarse con casi todas las fuentes documentales...

Y sin embargo...

SOMBRAS

- Vamos a ver... No me cuadra a mí esto: un niño de tres años no es capaz de escribir una carta tan florida como la que recibe doña Juana, vale, pero es que, además: ¿a qué fin don Felipe recurre a esta estupidez, pudiéndole escribir él mismo? Y lo que es peor... ¿nadie se encargó de revisar la correspondencia de la princesa -¡procedente, además, de Flandes!- , sabiendo cuál era su estado de ofuscación mental? ¡Hombre, por Dios, don Gonzalo, eminencia reverendísima don Francisco! ¿Cómo no han caído en ello? ¡Que doña Juana estaba bajo su custodia!

- Una tontería: la garita de la guardia SÍ estaba más lejos de Flandes que la verja de entrada. Doña Juana ha tenido que RETROCEDER para entrar a refugiarse en ella. Supongo que el frío y la debilidad le han impedido darse cuenta de ello...

- Otra tontería: ¿seguro que la gente de los alrededores ya llamaba a doña Juana “la Loca” en 1503 o es una licencia de guión? El tema de Juana está resultándome agridulce... Por una parte, es muy cierto que está dando lugar a unas escenas de amor/odio paterno-filial colosales, fantásticas... Pero por otro lado vuelvo a repetir que los personajes de Juana y de Felipe los veo excesivamente planos, sin matices. ¿Dónde está la formación intelectual de Juana, su sentido de la responsabilidad (que lo tuvo), su personalidad propia (que está completamente anulada por la de su esposo), sus celos (que también está demostrado que los sintió, y muy fundadamente)...? Sigo viendo al personaje tremendamente "cojo". ¡Y a pesar de ello me encanta en casi todas sus intervenciones (¡hoy me han entrado unas ganas tremendas de soltarle DOS TORTAZOS BIEN DADOS a Irene Escolar!)!
...

- Pero ahora sí, ahora he de mostrar mi más amarga decepción con este capítulo. Una decepción terribe, tremenda que me ha tirado por tierra todos los esquemas mentales y esperanzas en el rigor histórico que tanto amo y persigo y que creía haber encontrado en esta serie... Y lo más triste es que nadie, NADIE lo ha mencionado siquiera, ni tan solo los más interesados.... ¿De verdad no se ha dado cuenta nadie de que... ESE NO ERA EL CASTILLO DE LA MOTA, EN LA POBLACIÓN VALLISOLETANA DE MEDINA DEL CAMPO? ¿Cómo se puede despreciar así a la villa más noble, querida e importante en la vida de la reina doña Isabel? Y, encima, lo más decepcionante ha sido esa completa ausencia de comentarios al respecto: nadie parece haberse dado cuenta de que el castillo que salía en la serie no era el de la Mota sino el de Pedraza. O a nadie le importaba, que es peor... ¡Pobre Medina del Campo! ¡Qué injusticia!

Mal. Muy mal, señores. Muy decepcionado y deprimido estoy. Me voy a beber un par de whiskys para pasar el mal rato... Snif.

He dicho.

(Post Scriptum: Estas "Luces y Sombras" están dedicadas, con todo mi respeto y cariño y pidiendo mil disculpas por si mi evidente ironía aragonesa ha podido ofender a nadie, a la muy noble villa de Medina del Campo y a su espléndido castillo de La Mota, uno de los más bellos de España. Y esto no es exageración, sino justicia Un abrazo, medinenses)

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