Foro DINASTÍAS | La Realeza a Través de los Siglos.

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 21 Oct 2014 13:52 
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Isabel - Capítulo 33 - Muere la Princesa de Asturias

Las tensiones entre Juana y Felipe son cada vez mayores. Ante el temor de ser repudiada por su esposo, Juana cede ante él. En Castilla, los peores temores de la princesa Isabel, reina de Portugal, sobre su próximo alumbramiento se hacen realidad. Su fallecimiento agrava el daño emocional de Isabel y complica los planes sucesorios. Todas las esperanzas están puestas en Miguel de la Paz, el hijo de Isabel y Manuel de Portugal. Pero Isabel insiste en educarlo en Castilla. A cambio, Manuel desposará a la infanta María.

En Granada, la dura campaña de conversiones iniciada por Cisneros provoca una revuelta. El arzobispo de Toledo no se arrepiente por ello, pues tal era su intención con el objeto de forzar a los reyes a actuar contra el Islam con mano dura.


RTVE.es a la Carta: http://www.rtve.es/alacarta/videos/isabel/isabel-capitulo-33/2819036/

Las curiosidades históricas con las puntualizaciones y explicaciones de Óscar Villarroel y Teresa Cunillera.

Solo un niño separaba a Felipe 'El Hermoso' del trono...¿deseaba el de Flandes su muerte?

http://www.rtve.es/television/20141006/solo-nino-separaba-felipe-hermoso-del-tronodeseaba-flandes-muerte/1023560.shtml

A reina muerta, reina puesta. Manuel I cambia a la difunta Isabel, por su hermana María

http://www.rtve.es/television/20141006/reina-muerta-reina-puesta-manuel-cambia-difunta-isabel-hermana-maria/1023662.shtml

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 21 Oct 2014 14:11 
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Aún no están publicadas las Luces y Sombras de este capítulo... Pero para ir abriendo boca he aquí algunas consideraciones de Enrique Aznar:

Citar:
¿SABÍAIS QUE...

... el nacimiento del infante Miguel de la Paz y la muerte de Isabel de Aragón y Castilla -una hora más tarde- ocurrieron en las dependencias del Palacio Arzobispal de Zaragoza, en las estancias que en la actualidad componen el Museo Diocesano, ya que este palacio fue usado como residencia habitual por los reyes de la Corona de Aragón?


Citar:
"Juana de Castilla era una enferma, sin duda con una carga genética que la predisponía a graves depresiones, en las que acaba cayendo al no poder soportar la fuerte presión que sufre durante diez años [de los 16, en que se casa con Felipe de Habsburgo, a los 26, en que muere su esposo], en esa década tan decisiva en la que se pasa de la adolescencia a la edad madura. Arrojada a una Corte extraña, donde todo le era ajeno, chocando con la barrera del idioma, que la aislaba, recibida con recelo, cuando no con hostilidad, en aquellas tierras de los Países Bajos, privada del entorno familiar que le era tan caro, trocando la hermosa luz del Sur por las brumas del Norte, todo colaboró para que aumentara su sentimiento de soledad y desamparo. Quizás eso también le hizo refugiarse con tanta furia en la vida amorosa, que le haría entrar en el infierno de los celos, siguiendo aquí el ejemplo, en parte, de lo que había sufrido su madre, la reina Isabel.

Junto a estos problemas personales se unen los deparados por las apetencias de poder de los que la rodeaban. Destinada a ocupar el trono más poderoso de la Europa de su tiempo, pronto se dio cuenta Juana de que tanto su esposo como su padre querían manejarla en función de sus intereses. Los que la rodean le aseguran que su propio padre trama incapacitarla "por su falta de seso", y cuando regresa a España, en 1506, alguien le advierte de que Felipe prepara su encierro en un castillo. ¿Bastó eso para provocar su posterior apatía, su repugnancia (más que documentada) a tomar decisiones políticas...?"

Manuel FERNÁNDEZ ÁLVAREZ: "Juana la Loca. La cautiva de Tordesillas". Ed. Planeta, Barna. 2007. Págs. 141-142.

En resumen: la psiquiatría forense señala que doña Juana de Castilla, mujer de esmerada cultura y sensibilidad, inteligente, muy bien preparada para ser reina y digna de toda lástima y simpatía, tenía también una más que evidente predisposición al trastorno mental tanto por su herencia genética como por sus circunstancias personales, lo cual permite afirmar que, viniendo loca ya "de casa", su estancia en Flandes y los manejos infames de su marido y su padre acabaron de arrastrarla hacia la locura, abismo en el que caería definitivamente tras la muerte de su esposo (por el que sentía una pasión delirante y enfermiza) y su reclusión en Tordesillas. Se ha llegado incluso a diagnosticar con total claridad el tipo de dolencia de la reina de Castilla, afirmando el doctor Juan Antonio Vallejo Nájera ("Locos egregios") que por los síntomas presentados en las crónicas coetáneas a su reclusión, doña Juana padecía de esquizofrenia paranoide, al menos durante su retiro en Tordesillas.

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 21 Oct 2014 14:21 
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Los apuntes de Mabel Villagra sobre Granada tras la conquista cristiana. :love:

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Citar:
GRANADA 1498-1502: CONVERSIONES DE MUSULMANES Y LA PRIMERA GRAMÁTICA ÁRABE-ESPAÑOLA DE PEDRO DE ALCALÁ (1501, print.1505)
.

1) ANTECEDENTES: Las primeras polémicas contra mudéjares y judíos.

Durante los siglos XIV y XV los mudéjares coexistieron sin ningún problema con la mayoría cristiano-vieja. Sin embargo ya hubo algunos intentos forzosos, paralelos al creciente rechazo a la comunidad sefardí que comenzaron a enrarecer un este ambiente de coexistencia de siglos atrás.
Nos referimos a los pogromos de 1391, donde tras las prédicas del Arcediano de Écija, Ferrán Martinez se levantaron contra los judíos de Sevilla y mataron a cientos de miembros de esta comunidad y convirtiendo a la fuerza a otros. Desde Sevilla, la violencia se extendió a toda Castilla y desde allí a la Corona de Aragón y Navarra.
Si la comunidad mudéjar no fue molestada lo fue por la posible reacción bélica del Reino Nazarí de Granada y de los países del Magreb contra los cristianos y las posibles represalias.
En estos años de fines del siglo XIV y principios del XV, en Castilla, Catalina de Lancaster lanza las primeras medidas de segregación estableciendo morerías y juderías separadas del resto de los barrios cristianos y obligando a vestir indumentarias con señales identificadoras discriminatorias para judíos y musulmanes.

Muchos judíos se convirtieron, pero otros no y la Iglesia puso todo su celo en convertir a estos sefardíes recalcitrantes. Así, el debate de Tortosa (1414) y las prédicas de Vicente Ferrer fueron la antesala de un rechazo cada vez mayor a los judíos que aún conservaban su fe y esto influyó también en el ánimo y la convivencia con los mudéjares. Sin embargo esto no era nuevo, ya en el siglo XII, el aragonés Pedro Alfonso (antes Moshe Sefardí) había iniciado la denominada polémica judeo-cristiana desde una postura más conciliadora, con un libro en defensa de su conversión (Dialogos contra iudaeos, 1106) que también defiende la superioridad del cristianismo frente al islam. Alfonso de Valladolid hizo lo propio en su obra polémica "Libro de las Tres Gracias o De las tres creencias", contra el Islam y el Judaísmo.

Este nuevo clima social de proselitismo y de ir poco a poco enclaustrando a las comunidades sefardíes y mudéjar, podemos verlo en Castilla a partir de 1440 por ejemplo en lo que es la Guardia Morisca ya mencionada, donde desde esa fecha, predominan nombres de cristianos conversos desde el Islam .

2) LOS REYES CATOLICOS:
Conquista de Granada, cruzada y evangelización. Llull frente a Duns Scoto.

Esta coexistencia duraría en el tiempo hasta la llegada de los Reyes Católicos, cuando se decide iniciar la Guerra de Granada, que ganó fuerza tras la bula papal que le otorgó el estatus de cruzada. Se retoman de nuevo los viejos argumentos que tanto se popularizaron en los siglos XIII y el XIV (La visión de Ramón Llull de cristianizarlos por medio del diálogo, la comprensión mutua y el debate frente a Duns Scoto, franciscano que aceptaba un uso de la fuerza y el secuestro de hijos de infieles para adoctrinarlos en la fe católica) donde se unía a la cruzada la evangelización de los infieles.

Se buscó también la conversión de líderes insignes de comunidades mudéjares (alfaquíes) o sefardíes (rabinos), confiando en el llamado “celo del converso” donde el neoconvertido al cristianismo defendia la nueva fe con un proselitismo y pasión mayores que la de sus nuevos hermanos de fe, quizás como necesidad de reafirmarse ante la nueva comunidad.

Ejemplo de este "celo religioso", lo tenemos en varios conversos ex alfaquíes. Entre ellos, Juan Andrés, converso musulmán bautizado en 1487 e hijo de un alfaquí de Játiva llamado ‘Abd Allah, cuyo conocimiento del árabe (recordemos que aún se hablaba en un gran porcentaje en el reino de Valencia) le convirtió en un excelente candidato para predicar entre los musulmanes mudéjares y a quien los Reyes Católicos piden que vaya a predicar en estos años que presentamos a Granada.

Pero las conversiones se hicieron poco a poco y por fases.
En una primera fase, tenemos casi al terminar la conquista de Granada las primeras conversiones al catolicismo, tal fue el caso de un primo de Boabdil y cuñado de El Zagal, Yahya an-Nayyár que entregó Baza a los cristianos en 1489, bautizándose con el nombre de Pedro de Granada (inicio de la poderosa familia morisca de los Granada Venegas); y tras la conquista de Granada (1492), llegó a ser Alguacil Mayor de la ciudad de Granada (1500) y alcalde de Baza.

Estas conversiones de nobles y personalidades nazaríes se correspondían con la mentalidad medieval que impulsó ya en el siglo XIII las primeras misiones de conversión de musulmanes en Túnez, Egipto, Tierra Santa y Al-Ándalus donde había que convertir a los principales de la comunidad musulmana por ser los más educados y cultos y tener ideas más abiertas. Estos ilustres conversos serían el acicate que llevaría a la conversión a musulmanes de clases sociales más bajas.
Tras la conquista de Granada (1492) las Capitulaciones firmadas con Boabdil reconocían la libertad religiosa y que no se obligarían a mudéjares ni elches (conversos musulmanes de origen cristiano) a la conversión en cristianos, y que se respetarían las mezquitas y sus bienes.
Esto no se cumplió por varias causas: la marcha al Magreb y el despoblamiento de enormes áreas con población musulmana mayoritaria y el creciente número de repobladores cristianos que comenzó a desplazar en ciudades grandes como Almería, Guadix, Loja, Baza a los mudéjares que vivían en ellas los cuales tuvieron que irse a las alquerías en zonas rurales.
Comienzan a producirse en ciudades y en el campo el primer repartimiento de terrenos a los nuevos colonos cristianos los cuales comenzaron a ejercer una gran presión demográfica (se calcula que entraron unas 50.000 personas en estos 10 años desde la conquista hasta el edicto de conversión de mudéjares, según cálculos de Miguel Angel Ladero Quesada.)

3) TALAVERA, o la conversión desde el entendimiento.

Granada fue reflejo de un ambiente cada vez más desfavorable a los musulmanes. En Granada, el nuevo arzobispo de Granada, Hernando de Talavera, inició una política de proselitismo basada en el espíritu de Raimundo Lulio (Ramon Llull) de debatir con alfaquíes y ulemas desde el respeto mutuo y con talante conciliador. Como Lulio, Hernando de Talavera llegó a aprender el árabe para poder predicar en esta lengua a los musulmanes, siguiendo también la mentalidad espiritual de siglos atrás.
Esta política atrajo algunas conversiones, pocas pero las más sinceras, especialmente entre miembros de la nobleza nazarí y algunos alfaquíes. Por este talante fue conocido por los neoconversos cristianos de origen musulmán y los aún mudejares como “El Santo Alfaquí”.
La visión de Talavera abogaba más con el concepto de crear un cristianismo orienta del estilo de Tierra Santa, tal como lo practicaban allá minorías como los coptos o los caldeos.

Hernando de Talavera instituyó el Colegio de San Cecilio donde se enseñaba árabe, se estudiaban las bases de la religiosidad musulmana y se diseñaron las pautas para catequizar a estos musulmanes granadinos.
Se desarrolló una especie de cristianismo arabizado: permitió el uso de la lengua árabe para predicar y en partes del ritual romano de la Misa y las leilas y zambras moriscas sustituyeron al órgano y al coro y se tocaban en procesiones como la del Corpus Christi.

Testimonio de este uso del árabe nos lo deja Nuñez Muley, en su “Memorial” enviado a Felipe II, donde nos cuenta que siendo joven, fue paje de Hernando de Talavera y que en las misas escuchaba la frase ritual en árabe “Ibarak fi-kum” para sustituir el “Dominus vobiscum”. Otra fuente, fray José de Sigüenza, comenta cómo se hicieron estas primeras conversiones, repartiendo unas estampillas y una serie de velas de aceite bendecidas similares a las usadas por el Islam popular, por ejemplo en algunas ceremonias fúnebres o en la fiesta de la Ansara o de San Juan. Posiblemente, estas estampillas contenían impresas Vírgenes con el Niño Jesús, dado el reconocimiento que otorga el Islam a María (Sayyida Maryam en árabe) como la madre de Jesús (para los musulmanes, el profeta Isà).

4) CISNEROS: UNAS CAPITULACIONES ROTAS: El fin del Mudejarismo granadino, las sublevaciones mudéjares y los bautismos forzosos.

Sin embargo, la llegada masiva de repobladores cristianos provocó cambios en la coexistencia entre musulmanes y cristianos en Granada. Talavera dictó entonces normas de convivencia islamo-cristiana que discriminaba a los musulmanes y obligó en 1498 a la creación de dos barrios: el barrio musulmán (Antequeruela y Albayzin) y el cristiano en el centro de la ciudad, lo que levantó aún más los ánimos.

Viendo que las conversiones no alcanzaron un número alto se aparta a Talavera de sus tareas de Arzobispo y entra en su lugar Cisneros, quien paradójicamente fue pro-Ramón Llull (de hecho en Alcalá de Henares coincidirán algunos Lullistas)
para luego ser partidario de una evangelización más radical, quizás por influencia del también franciscano Duns Scoto, autor del siglo XIV que predicaba el uso de la fuerza si era preciso, para convertir a los infieles y obligaba a los padres que no quisieran convertirse a dar a los hijos, si métodos más suaves habían fallado previamente.

Una muestra de este celo religioso fue la quema de casi 5.000 libros religiosos, literatura, ciencias y sobretodo Coranes en la Plaza granadina de Bibarrambla, que fue además una gran pérdida para la cultura andalusí pues con ella desaparecieron por ejemplo libros únicos de la Biblioteca de la Madraza Yusufiyya (la Universidad islámica que fundara Yusuf I en 1349) así como de la Mezquita Aljama de Granada y de la del Albaicin.

Estas ideas debieron impregnar la política nueva política de conversiones que pasaron del talante conciliador de Talavera al extremismo casi religioso de Cisneros aplicando la máxima aquella latina del “compellere intrare”.

Las fuentes árabes y menos las cristianas citan que esta nueva etapa de conversiones se hizo con coacciones, amenazas y hasta encarcelando y torturando a los más recalcitrantes como ocurrió con Muhammad Azaator el Zegrí, sobrino de Hamed el Zegrí, uno de los defensores de Málaga en 1487, cuya repentina conversión con visiones, sin duda a causa del estado de shock emocional y físico, fue descrita por los hagiógrafos de Cisneros como Vallejo como un “milagro” y el triunfo simbólico de la fe cristiana sobre el Islam.

Esta política de conversiones acabó en una rebelión que comenzó en Granada pero que, aparentemente pacificada, se extendió semanas después al resto del antiguo Reino nazari: Las Alpujarras, la sierra de los Filabres y la Serranía de Ronda fueron los principales escenarios de estas rebeliones que se sofocaron a sangre y fuego, tal como ocurrió en Laujar de Andarax, donde fallecieron 300 personas abrasadas en su mezquita.
Finalmente, a causa de estas revueltas se suprimieron las Capitulaciones y se impuso la conversión ya obligatoria a cambio del perdón real y la no realización de represalias. En los siguientes años, miles de mudéjares se convirtieron al catolicismo, muchas veces sin catequizar y desconociendo el latín y las oraciones del ritual católico como el Credo o el Ave María.
En base al derecho islámico y muy especialmente tras la fatwa de Al-Wansharishi (1503) los musulmanes granadinos, ahora moriscos, siguieron practicando el Islam, pero esta vez en la clandestinidad gracias a un principio llamado taqiyya, “fingimiento” en árabe, donde por fuera podían incluso comer cerdo y fingir los rezos cristianos, siempre que de corazón conservaran la fe en el Islam.

5) 1502, EL FIN DEL MUDEJARISMO CASTELLANO.

Sin embargo, las rebeliones en Ronda y las serranías almerienses se sofocaron duramente y el edicto de conversión se extendió al resto de Castilla, tal como ocurriera 10 años antes con los judíos: O se bautizaban, o debían de abandonar España.
La mayoría optó por quedarse, porque la única opción era Egipto y no el Magreb o el Imperio Turco y también se les prohibió emigrar a Aragón donde aún el Islam se practicaba con normalidad.
Ahora solo les quedaba tener paciencia, sabr y el derecho de la taqiyya a la espera de tiempos mejores.
Desaparecían así los mudéjares castellanos y aparecieron los moriscos o cristianos "nuevos de moro".

Proliferaron desde ese día los jofores o predicciones donde se auguraba el regreso de los reyes nazaríes, pero con Boadbil y el Zagal exiliados al Magreb, el resto de descendientes enviados a Italia o a tierras lejanas como Galicia, no había ya candidatos que pudieran reclamar un hipotético trono nazarí.

6) LA PRIMERA GRAMÁTICA ARABE-ESPAÑOLA.

Las catequizaciones prosiguieron en árabe, y los manuales redactados en el Colegio de San Cecilio y en otros lados, se imprimieron en 1505 en dos volúmenes complementarios: El “Arte para aprender ligeramente la Lengua Arauiga” y el “Vocabulario in Arabico”, ambos compilados por Pedro de Alcalá, también fraile jeronimo, que seguía las tesis talaverana de predicar desde el respeto, entendimiento y la conciliación. En el prólogo escriben «...y tan crecido prouecho a los proximos y non menos alos nueuos conuertidos a nuestra sancta fe catolica : que alos viejos cristianos, que tanta necessidad tienen de ser predicadores y maestros dello . Y assi como los aljamiados (o cristianos viejos: puede por esta obra saber el arauiga. viniedo del romance al arauiga : assi los arauigos (o nueuos cristianos), sabiendo leer la letra castellana. tomando primero el arauiga, ligera mente pueden venir en conocimiento del aljamia.», que en castellano moderno es: «Es muy sabio enriquecerse de nuestro prójimo, tanto de los recién convertidos a nuestra santa fe católica como de los cristianos viejos, que tanto necesitan convertirse en sus predicadores y maestros. De este modo, los aljamiados (o ‘cristianos viejos’) podrán, gracias a esta obra, aprender el árabe yendo del romance al árabe y los árabes (o ‘cristianos nuevos’) que sepan leer los caracteres castellanos podrán aprender rápidamente la aljamía pasando primero por el árabe.», toda una definición de esta política de Talavera.
El “Arte para aprender ligeramente la Lengua Arauiga” y el “Vocabulario in Arábico”, son respectivamente los primeros manuales impresos históricamente de una gramática árabe-española y de un diccionario árabe-español y entran también en la estela de estas publicaciones lingüísticas y a la vez humanísticas que inaugurara Antonio de Nebrija con su gramática de español con una finalidad claramente pedagógica y científica a nivel filológico. La primera contiene una gramática de la lengua árabe hablada de Granada y un catecismo o manual de práctica de la religión cristiana destinado a los musulmanes. En ella figuran, asimismo, algunas directivas dirigidas a los confesores cristianos. La segunda es un diccionario castellano-árabe hablado de Granada. Todo el vocabulario árabe de las dos obras está redactado en caracteres latinos, debido en parte a la dificultad para imprimir en árabe.

De Pedro de Alcalá poco sabemos, ni siquiera su origen pues Alcalá hay muchas, tal vez pudo ser un mudéjar converso al catolicismo como lo fuera Juan Andrés de Játiva y del que sabemos era confesor de Talavera y de la misma orden monástica.
Para nosotros como arabistas, estos dos volúmenes son un tesoro muy preciado ya que recogen el habla dialectal árabe usado en la Granada nazarí, sus diferencias con el árabe clásico y su vocabulario.

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 21 Oct 2014 21:45 
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Ahora sí...

Citar:
LUCES Y SOMBRAS

CAPÍTULO 33

Lo malo de las series basadas en hechos históricos, máxime cuando las ve un historiador y sobre todo cuando la serie es buena y refleja con un alto grado de fidelidad los acontecimientos, es que con el paso del tiempo ya no depara especiales sorpresas... Ayer me ocurrió algo que jamás pensé que me iba a ocurrir. Comenzó el capítulo 33 y yo había descubierto en un álbum de fotografías un texto que escribí con motivo de unas vacaciones preciosas en Estambul allá por el año 2006. Pues bien: hubo unos instantes en que me sumergí más en los recuerdos y la nostalgia que emanaban de esas pocas páginas manuscritas que en el capítulo de la serie, el cual miraba casi de soslayo pero reconociendo en cada momento lo que ocurría (“¡Ah, sí, ahora Isabel de Aragón se muere...!” “Ahora Isabel llora, compungida, por la muerte de su hija...” ¡Ah, vale, ahora viene cuando Juana le corta el pelo a la pelandusca!”...), más enfrascado en la lectura que en la pantalla del televisor...

¿Quiero decir que no me ha gustado el capítulo? ¡Dios me libre de semejante atrevimiento! María Cantuel estuvo maravillosa, soberbia en su dolorosa y trágica muerte, pidiendo a su madre que cuide de su bebé... Michelle Jenner... ¿qué puedo decir de mi amada Señora, a la que idolatro? Magnífica, por supuesto y como siempre. Irene Escolar, todo un descubrimiento para mí, una fiera manipulada por su marido y amargada por la muerte de su amadísima hermana, una gran mujer digna de lástima pero también aureolada de dignidad y belleza y una actriz como la copa de un pino. Don Eusebio Poncela (para mí siempre DON, siempre grande, siempre inmenso), sorprendiéndome con su pasión y su intransigencia, tan extraordinariamente bien explicada en las anteriores Luces y Sombras por Mabel Villagra, que asesoró este capítulo (aunque no aparezca en los créditos) y que me abrió los ojos con respecto a la catadura moral del futuro gran cardenal Cisneros. Y lo mismo puedo decir de todos los demás personajes y los actores que los encarnan: Fuensalida (Guillén Cuervo), Belmonte (el maldito traidor al servicio del archiduque por despecho de su superior), Luis XII (Borja Luna), Felipe de Habsburgo (admirablemente odioso, Raúl Mérida), el papa Alejandro y su hijo César Borgia (Jorge Bosch y Nacho Aldeguer, aunque estos dos son los que menos me terminan de gustar)... Magníficos todos ellos. Y sin embargo... Demasiado dolor, demasiada muerte, demasiados problemas sobre unos personajes que ya forman parte de nuestras vidas a fuerza de esperarlos cada semana...

Pero no divaguemos más. Vayamos a por las...

LUCES

• Sí, es cierto: la escena del nacimiento del príncipe don Miguel de la Paz y la muerte de su madre doña Isabel de Aragón y Castilla... sublimes. Impresionantes las últimas palabras de la princesa heredera de dos tronos: “¡Cuidad de mi hijo, os lo ruego!” Emotivo y doloroso el entierro de la infanta, vestida con el hábito de monja que siempre hubiese querido llevar en vida. Y solemne la promesa de su madre: “Este niño crecerá a mi lado, en Castilla. Es decisión tomada”. Y no, yo no lloré porque soy un tipo duro, no soy de lágrima fácil. Pero sí me dejó un poco acongojado.

• Excelente, de nuevo, esa corte flamenca con todo el mundo interrumpiéndose en silencio mirando a la rutilante doña Juana entrar en la sala de baile, el obispo Busleyden señalando a los músicos que continúen tocando con un gesto sencillo y lleno de autoridad, la danza de don Felipe con la archiduquesa, obnubilado por la belleza de su esposa, la tonada pegadiza interpretada con laúd, flauta y timbal, los movimientos alegres, esos saltitos y requiebros cortesanos tan diferentes de la solemnidad castellana, los trajes de mangas lanceoladas, los tocados... Todo un cuadro de Van der Weyden, de Peter Brueghel, del Bosco, la plenitud del estilo flamenco hechos imagen de TV. Bravo, Jordi Fantástico.

• “Juego de Tronos” en Portugal... Impagable la faz de doña Beatriz de Braganza cuando Gonzalo Chacón le da a entender que Castilla tiene que ver con los disturbios que amenazan el trono de don Manuel... si no accede a que el infante don Miguel de la Paz se eduque en Castilla, cumpliendo los deseos de su difunta madre... Maquiavelo puro, el señor Cahcón. Con lo majo que parecía...

• Pobre Juana... Cómo va cayendo poco a poco en la demencia, rodeada de intrigantes (Belmonte, que ha cambiado de bando al verse menospreciado por Fuensalida, Busleyden, que se presta al juego del archiduque al pedir a sus Católicas Majestades un obispado en Castilla) y sacudida (¡por fín!) por lo celos que le provoca su marido... Excelente esa escena del corte de pelo a lo bestia... ¡que debe estar documentadísima porque también salía en la película de Vicente Aranda...!

• Toda la trama granadina, la rebelión de los elches, la intervención de Talavera (“el buen alfaquí”... ¡me encanta, me entusiasma ese nombre!), la anciana musulmana que accede a curar al “alfaquí de las campanas” (¡Oooogh, es que son unos apelativos impresionantes!) me ha parecido espectacular... Pero me quedo con un detalle que parece no tener importancia: la casa del elche cuya madre cura a Cisneros... se abre en un adarve, en un callejón oculto, no en una calle principal. Era así: las casa musulmanas (como las judías) siempre tienen entradas discretas, en recodo, celosas de la intimidad del hogar. Me encantó ese detalle...

SOMBRAS

• No me gusta Nacho Aldeguer. Tal vez sea porque para mí César Borgia siempre ha sido Sergio Perís-Mencheta y porque a Nacho lo tengo muy mal calado desde su intervención en la serie “Cuéntame”, donde hacía de pijo cobarde, vividor y cabrón, pero en realidad es que no termina de agradarme su manera de actuar. NO veo en él a César Borgia por ninguna parte... Le falta dureza, le falta energía, le falta “rasmia” (¿A que me has entendido, Martín Maurel? )

• He leído varias veces por el perfil de la serie que “Juana no estaba loca”. A ver... Ya lo he explicado en otro mensaje, pero Juana de Castilla... muy en sus cabales no estaba. Para qué nos vamos a engañar. Nadie que no esté cegado por el sentimiento de simpatía hacia este personaje puede negar que tuvo algún tipo de trastorno mental. Sea paranoia, sea esquizofrenia, sea bulimia, sea manía persecutoria (justificadísima, pero manía), sean celos patológicos, la pobre Juana estaba más en otro mundo que en éste. Y cada vez lo va a manifestar de una forma más cruel, cruda y evidente. Sólo así se explica que la propia doña Isabel señalase en su testamento que si su hija no pudiera ejercer EN PERSONA la regencia del reino, fuera su padre el rey don Fernando quien lo hiciese...

• Al fin hemos sorprendido al archiduque don Felipe en una infidelidad... un poco tarde, pero al fin. Sin embargo, no me han gustado nada, nada el momento ni el lugar. En medio del campo, entre brumas flamencas, con una daifa apoyada en un árbol y en plan “conejito” o “doggy style”, que dicen en las páginas porno... ¿No había un modo más “glamouroso” de mostrar esa escena, por Dios? ¡Que es el archiduque de Austria, por favor, que debía tener palacios, mansiones y picaderos privados por todo Flandes para acostarse con quien quisiera! ¡La Madre de Dios, qué incomodidad, allí en medio del campo! ¡Y qué frío!

Y por el momento... no se me ocurre nada más. Lamento haber tardado de nuevo en publicar estas Luces y Sombras, pero ayer me dejé seducir por otros placeres más nostálgicos y temo no haber estado a la altura en esta ocasión. Prometo enmendarme en lo sucesivo.

He dicho.

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 22 Oct 2014 04:19 
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Pues yo tengo alguna duda más. Hay un escena en donde se ve a Juana amamantando ¿era corriente en esa época que una infanta, archiduquesa o reina amamantase?

Y ya lo que me mata en esta y en un muchísimas películas son los partos. ¿No habrá partos filmados para que los actores y directores se inspiren?? pocos partos me parecen creíbles en la pantalla...


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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 22 Oct 2014 15:52 
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carmela escribió:
Pues yo tengo alguna duda más. Hay un escena en donde se ve a Juana amamantando ¿era corriente en esa época que una infanta, archiduquesa o reina amamantase?

Y ya lo que me mata en esta y en un muchísimas películas son los partos. ¿No habrá partos filmados para que los actores y directores se inspiren?? pocos partos me parecen creíbles en la pantalla...


Parece ser que efectivamente no era lo corriente, las mujeres de la realeza y la nobleza europeas no amamantaban a sus retoños. El caso es que esta fue una de las excentricidades más en el comportamiento de Juana. En lo segundo estoy completamente de acuerdo contigo. :XD:

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 26 Oct 2014 23:43 
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Godoy escribió:
Bueno hay que esperar... No hay nada cerrado aunque es él quien parece que cuenta con más puntos. Es complicado el tema. Con 'Isabel' apostaron muy fuerte con Michelle, cosa que podría salir bien o mal, y creo que ha sido todo un sorpresón, la chica, a mi juicio, lo ha cuasi bordado. La única pega es su juventud, que en esta tercera temporada no cuadra a la hora de las tramas con sus hijos. Pero sí es verdad, como dice Vandal, que buscan atracción en sus protagonistas, caras guapas y conocidas que actúen de enganche (aunque yo a Michelle no la conocía). Aún así creo que las interpretaciones son muy buenas... Sólo a Rodolfo lo veo algo más flojo, como que el personaje se le queda grande en muchas ocasiones. Aunque en su favor digo que la serie trata de ensalzar la figura de ella, la serie es de ella, Fernando queda algo más en la sombra dejándole el protagonismo a ella.

En cuanto a Carlos V... Que sea parecido o no creo que es algo supérfluo. Ayuda mucho, sí es verdad, a creértelo desde el punto de vista histórico... Pero es complicadísimo encontrar a alguien que cumpla todos los requisitos de la Historia y de la ficción (lo que ellos quieran mostrar), y encima que actúe en condiciones. No conozco a Álvaro, lo habrá visto alguna vez, pero no tengo apenas referencias interpretativas. Físicamente le falta lo más característico, el mentón xD. Pero el hecho de ser pelirrojo y esa piel blanquita le da un aire muy germano. En fin, a ver qué es lo que deciden: de momento el porcentaje de aciertos en el casting es altísimo.

También hay que tener en cuenta que, según he leído, esa nueva serie contaría en su primera temporada hasta la coronación como Emperador, es decir, su etapa más joven. Que continúe o no está en el aire, depende de muchas cosas.


Yo quería rescatar un poco este debate porque he visto que Konradin pone como ejemplo al Carlos que utilizaron en Los Tudor y quería hacer constar que el único parecido que tiene el Carlos real con el Carlos de Los Tudor es el mentón. Álvaro Cervantes, si finalmente es elegido, puede darse un aire solo por lo rubio y los ojos azules (que el emperador era rubio y tenía los ojos azules de verdad, que esto no se lo han inventado). Si le pusiesen el mentón como hicieron con el Carlos de Los Tudor pues sería genial pero yo tengo mis dudas..

De todas formas estoy de acuerdo con lo que dice Godoy, encontrar a un actor que sea clavado al personaje original y encima actúe bien es poco menos que misión imposible. Mas si se trata de Carlos I y su mentón.

De la serie de Carlos ya se saben unas cuantas cosas. Si tenéis curiosidad y queréis saber más os dejo este link http://www.serieisabel.com/t740-spin-off-carlos-i-de-espana-y-v-de-alemania

A mi me está encantando la tercera temporada de Isabel, personalmente creo que es la que más calidad tiene en todos los sentidos, y me da mucha pena que se acabe pero ya tengo ganas de la serie sobre Carlos también


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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 27 Oct 2014 23:33 
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Intento ver la seria, pero no me deja sabeis si tiene que pasar algun tiempo hasta que esté disponible en RTVE a la carta??


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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 28 Oct 2014 00:28 
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Eleanor escribió:
...De todas formas estoy de acuerdo con lo que dice Godoy, encontrar a un actor que sea clavado al personaje original y encima actúe bien es poco menos que misión imposible...

Bueno, yo no pido milagros, me conformaría (hablo de las series históricas en general) con que los actores le dieran un aire a los personajes (al menos los principales), no digo clones, digo un aire, y que a la hora de la elección pesaran más las cualidades interpretativas que las físicas o las de popularidad...

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merece la pena en este asqueroso mundo"
(R. Trecet)


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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 28 Oct 2014 15:01 
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carmela escribió:
Intento ver la seria, pero no me deja sabeis si tiene que pasar algun tiempo hasta que esté disponible en RTVE a la carta??


Isabel - 34 - A Isabel le supera la tragedia.

Todas las esperanzas de Isabel están puestas en su nieto, Miguel de la Paz, a quien la reina dedica las mayores atenciones. La sucesión de Castilla y Aragón pasa por él. Su repentina desaparición desata la alarma en los reinos Católicos, y tanta ambición en el corazón del archiduque Felipe como dolor y desesperación en el de Isabel. La única opción válida para los reyes es hacer venir a Juana y a su esposo para que las Cortes los juren como herederos, a pesar de todos los inconvenientes conocidos.

En Granada, la revuelta de los musulmanes es tan virulenta que ni el propio Gonzalo Fernández de Córdoba es capaz de sofocarla en el tiempo requerido. Fernando acude y es implacable contra los alzados.


A la Carta en RTVE.eshttp://www.rtve.es/alacarta/videos/isabel/isabel-capitulo-34/2823099/

Curiosidades Históricas

¿Es verdad que Carlos I nació en una letrina?

http://www.rtve.es/television/20141014/verdad-carlos-nacio-letrina/1029602.shtml

Felipe 'El Hermoso' ya tiene vía libre...¡el legado de los reyes peligra!

http://www.rtve.es/television/20141015/felipe-hermoso-ya-tiene-via-libreel-legado-reyes-peligra/1030302.shtml

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 28 Oct 2014 15:08 
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Las aportaciones y comentarios de Mabel Villagra, asesora sobre el reino de Granada.

Citar:
LAS SUBLEVACIONES MUSULMANAS DE GRANADA (1499-1502).

«Si el rey de la conquista no guarda fidelidad,
¿qué aguardamos de sus sucesores?».
(Yuçe Benegas, antiguo noble nazarí)

1. CISNEROS Y TALAVERA: Dos maneras de evangelización. La rebelión del Albaicín.

Cisneros, a pesar de las quejas iniciales del rey Fernando, acabó imponiendo su particular modo de evangelización, a veces por la fuerza, tal como predicaba en el siglo XVI su hermano de orden religiosa Duns Scoto.
Aunque Talavera y Cisneros eran partidarios de la total evangelización de los musulmanes nazaríes, ambos se enzarzaron en un pulso del que Cisneros salió vencedor, pero ello no impidió que la labor pastoral de Hernando de Talavera continuara en el resto de Granada y realizada con el mismo acercamiento desde el diálogo y en lengua árabe que había fomentado durante su arzobispado en Granada. Se cuenta que en estos años estuvo predicando en Las Alpujarras, aumentando aún si cabe su fama de “El Santo Alfaquí” entre los aún musulmanes y los conversos de origen islámico.
Un biógrafo, Jerónimo de Madrid, cuenta incluso que se obró alrededor de él un milagro, una lengua de fuego que llega a ver un morisco anciano sobre su cabeza y que causa su conversión al cristianismo.
Granada estaba casi cristianizada por la fuerza, los Coranes y libros árabes requisados o quemados, las mezquitas desmanteladas y convertidas en Iglesias y los alminares convertidos en campanarios. Así lo cuenta parte de la casida que los mudéjares mandan en 1501/1502 a Bayaceto II escrita en el género árabe conocido como “Rizâ’” o Lamento:

"Nuestros nombres fueron cambiados y / se les dio una nueva forma sin que nosotros lo deseáramos ni diéramos nuestro consentimiento.
"¡Ay! pues nos cambiaron la religión de Muhammad / por la de los perros cristianos, las peores de las criaturas.
"¡Ay de nuestros nombres que fueron substituidos / por los de estos bárbaros ignorantes!
"¡Ay de nuestros hijos e hijas que tienen que ir todas las mañanas con el cura, /
que les enseña descreencia, idolatría y falsedad sin que ellos puedan escabullirse!
"¡Ay de aquellas mezquitas que han sido tapiadas / y convertidas en estercoleros del infiel después gozado de la pureza ritual!
"¡Ay de aquellos alminares en los que cuelgan las campanas / sustituyendo a la Profesión de Fe.
"¡Ay de aquellas ciudades y de su belleza, / como se han obscurecido en la infidelidad!"

Este estado de cosas trajo que el 18 de diciembre de 1499 se sublevara el barrio del Albaicín. La crónica de Luis de Mármol y Carvajal cuenta que fue por el asesinato de un aguacil llamado Velasco Barrionuevo que había molestado a una elche o musulmana de ascendencia conversa cristiana. Aunque en una carta, Cisneros da otra razón, aludiendo al fanatismo ciego de un grupo de musulmanes que fueron a linchar al dicho alguacil que iba montado sobre una mula.
La sublevación del Albaicín fue finalmente pacificada mediante el dialogo aunque los cuatro moriscos que mataron al aguacil de Cisneros acabaron ajusticiados por la horca.
En el capítulo 33 de “ISABEL” se nos presenta a Talavera haciendo frente a los sublevados musulmanes con la cruz y su palabra. Sin embargo, Talavera no estuvo solo en esta pacificación, y tal como nos cuenta Mármol y Carvajal, Íñigo López de Mendoza y Quiñones, Conde de Tendilla, también colaboró con el antiguo arzobispo. Era el Conde de Tendilla primer alcaide y teniente general de Granada en el momento de sucederse estos hechos y como Talavera, partidario del acercamiento a la comunidad mudéjar a través del diálogo y la comprensión de sus costumbres, lengua y cultura, aunque no coincidían en la forma de aplicarla o en los resultados que daban estas conversiones.
Luis de Mármol y Carvajal nos narra su original método para apaciguar los ánimos de las turbas musulmanas sublevadas: Cuenta que el Conde de Tendilla se agachó ante ellos, y dejando su bonete rojo en el suelo, aseguró que daría como rehenes a su familia, a la que instaló en el Barrio del Albaicín. Dio su palabra de que las Capitulaciones serían respetadas y se obtendría un perdón real general. A cambio, los mudéjares, cuenta otro cronista, Lorenzo de Padilla, “se tornarían cristianos y harían todo lo que el Arzobispo de Granada (Fray Hernando de Talavera) y el Conde de Tendilla les dijeran con tal que se fuera de Granada el Arzobispo de Toledo” (Cisneros) y que dejarían las armas. Una muestra de cómo Cisneros para nada era apreciado en la comunidad mudéjar y de nuevos conversos.
Tras esta sublevación del Albaicín, inicialmente, como señala el historiador Luis Suarez, se concedió una amnistía general a los granadinos a cambio de deponer las armas, pero días después los Reyes Católicos cambiaron de parecer debido al número grande de neoconversos de origen musulmán (en una carta del 16 de enero de 1500, Cisneros habla de que se pasaron de solo 300 a 50.000 nuevos cristianos en poco tiempo) y decidieron que ésta era la nueva línea a seguir y no la “talaveriana”. Así se mataba dos pájaros de un tiro, convertirse era como un empezar desde cero para los que habían participado en estas sublevaciones y para los que no, un rompimiento de las capitulaciones que quedaba en suspenso por ahora pero que podía ser motivo de represalias si se volvían a repetir en el futuro y para los Reyes Católicos, el motivo perfecto para suprimir las Capitulaciones con Boabdil y aplicar la política de nuevas conversiones.
Aunque tradicionalmente se ha aludido a esta política coercitiva y violenta de conversiones forzosas de Cisneros para explicar la gran afluencia de mudéjares para convertirse en cristianos entre finales de 1499 y los primeros meses del año siguiente, el medievalista Luis Suarez Fernández cree que hubo algo más: Un interés económico por preservar el estatus social que tenían y evitar el pago de ciertos impuestos duros al que eran sometidos los mudéjares (hasta cuatro, en estas fechas). Muchos se convirtieron no tanto por la fe sincera sino por la conveniencia, tal como lo hicieran en 1492, muchos judíos sefardíes. Pero esto lo ampliamos más tarde.

Así, en febrero de 1500, las conversiones obligatorias ya estaban de nuevo en marcha e iban a buen ritmo, y Fernando el Católico concedió un “plazo de generosidad” a los sublevados y los aún musulmanes que asentó aún más la política de conversiones forzosas.

2. LAS PRIMERAS SUBLEVACIONES EN EL REINO NAZARI EN LAS ALPUJARRAS: La rebelión de Ibrahim ben Umayya y la “Tragedia de Andarax”.

Mientras esto sucedía en Granada, sin embargo, la situación en el resto del antiguo Reino Nazarí era bien diferente.
Algunos alfaquíes y bastantes elches se refugiaron en las Alpujarras granadina y almeriense. A finales del 1499, la villa morisca de Huéjar (Hoy Güejar Sierra), se sublevó contra el poder real y hasta allí acudieron las tropas del Conde de Tendilla y El Gran Capitán que junto con algunos musulmanes colaboracionistas consiguieron reconquistarla, a costa de un gran sacrificio de vidas humana y de reducir a la mayor parte de sus pobladores, a excepción de los que se convirtieron, a una dura esclavitud.

A) IBRAHIM B. UMAR B. UMAYYA: Estratega y líder morisco.

Apareció en esos meses un líder destacado, Ibrahim b. ‘’Umar b. Umayya, descendiente de los antiguos Omeyas cordobeses y alguacil de Juviles (quien sería el abuelo del famoso rey morisco Aben Humeya, en época de Felipe II). Ibn Umayya comenzó a resistir en Las Alpujarras desde Enero de 1500. En Febrero logró fortificarse en varias poblaciones controlando accesos y puertos de montaña e incluso mandó una misiva al Sultán de Egipto describiendo la injusta situación que estaban sufriendo los musulmanes de Granada (que pudo ser el acicate para la embajada enviada a Egipto por los Reyes Católicos en la persona de Pedro Martir de Anglería por esas fechas o más tarde).

Paralelamente, numerosas ciudades moriscas de Almería se sublevaban y sus miembros descendían a las ciudades de la costa habitadas por cristianos: Así, ocuparon Castil de Ferro, Adra y Albuñol y Márjena fue asediada.

Ante la gravedad de la situación, Fernando el Católico decide ponerse al frente de sus hombres y marcha desde Sevilla hacia Granada tras haber hecho una llamada a las ciudades andaluzas para proveer de bastimentos, hombres y material de guerra y componer un gran ejército. Acuden levas desde Sevilla, Jaén, Córdoba, Jérez ,Baeza, Alcalá la Real , Andújar , Loja, Estepona, Lora del Río y Estepa, que suman unos 80.000 soldados de a pie y 15.000 jinetes, un ejército claramente superior frente a los 53.000 musulmanes granadinos y alpujarreños que se cree empuñaron las armas.
Otro ejército comandado por las milicias nobiliarias y concejiles de Pedro Fajardo salió de Murcia en auxilio de las poblaciones almerienses repobladas por cristianos viejos.

b) LA “TRAGEDIA DE ANDARAX”.
El rey pronto se encaminó a Las Alpujarras con este ejército a través de Órgiva y Padul, y el 1 de marzo de 1500 conquistaba Lanjarón y por otro lado, a través del puerto de Huéneja, en una maniobra de tenaza, otro ejército, comandado por Luis de Beaumont, condestable de Navarra, llega en estos primeros de Marzo hasta Andarax (posiblemente Láujar de Andarax), en la Alpujarra almeriense, donde protagoniza uno de los episodios más sangrientos de esta sublevación mudéjar, la llamada “Tragedia de Andarax”, donde una crónica dice que los hombres del Condestable pasaron 3000 personas a cuchillo y mataron a otras 300 personas en una mezquita de la localidad, en su mayoría mujeres y niños allí refugiados, tras ser bombardeada e incendiada.
La represión, encabezada por el propio rey Fernando y por Gonzalo Fernández de Córdoba, el “Gran Capitán”, y otros lugartenientes como el Condestable de Navarra o el Conde de Aguilar, fue terrible no solo en Andarax o Güejar sino en varias localidades musulmanas tal como sigue narrándonos en rima poética la casida enviada por los mudéjares granadinos al sultán otomano Bayaceto (Bayazid) II arriba aludida:

“(…) pregunta a Güéjar por sus habitantes, / como fueron exterminados en la humillación y el infortunio,

y pregunta a Belfite, donde todos fueron despedazados / a espada después de haber sufrido gran angustia,

pregunta por Munyafa, sus habitantes fueron aniquilados por la espada. / Lo mismo ocurrió con la gente de la Alpujarra,

en cuanto a Andarax, su gente fue consumida por el fuego. / Encerrados todos en su mezquita, quedaron convertidos en carbón.”

Aunque se empleó una violencia inusitada con estos sublevados, más allá de lo que nos presentan las fuentes históricas cristianas o musulmanas, no debemos negar que las condiciones de rendición fueron muy benévolas para lo que era la época de la que hablamos aquí. Incluso lo fue para Ibrahim b. Umar b. Umayya, quien, cansado de esperar una ayuda exterior que nunca llegó, se rindió. El líder rebelde no fue castigado y acabó por rendirse y convirtiéndose en Fernando de Válor, integrándose en la nueva sociedad cristianizada de Granada como cabeza de una nueva dinastía de notables moriscos, los Valoríes.

3) LOS PACTOS DE PAZ: Impuestos y conversiones, entre la sinceridad y la conveniencia.
El 8 de marzo se establece un pacto de rendición con los sublevados alpujarreños y almerienses, se entregarían las fortalezas conquistadas de Albuñol, Castil de Ferro y Adra. Las condiciones que se impusieron para los sublevados que capitularon fueron una multa de 50.000 ducados que debían pagar los que quisieran seguir siendo musulmanes; esto hizo que muchos se convirtieran para eludir el pago, lo que, de rebote, hizo que la carga para los que se mantuvieron fieles a su fe islámica se multiplicara.
A los que se convirtieron, la única obligación que se impuso tras la rebelión fue la de rescatar a cautivos cristianos que se hubieran vendido en África. Sin embargo las conversiones como veremos se hicieron rápido y superficialmente lo cual explicaría la escasa catequización de muchos moriscos generaciones después, especialmente en Las Alpujarras y algunas sierras de Almeria, Malaga y Granada.

Los mudéjares del Reino de Granada sufrían una enorme presión fiscal ya que pagaban “el pecho de moros”, el servicio y medio servicio y el “castellano de oro”), a lo que se añadió como la “farda” o impuesto para la vigilancia de costas. Incluso convertirse no garantizaba tener ciertas ventajas pecuniarias o fiscales ya que se añadió un impuesto de carga y una bula papal de Julio de 1500 reconoció que las 2/3 de los diezmos de estos cristianos nuevos era para la Hacienda Real.

Aunque las sublevaciones mudéjares de Las Alpujarras acabaron momentáneamente con los bautismos forzosos, lo cierto es que se reactivaron en octubre de 1500 en otras zonas de Almería y de manera aún más intensa.
Localidades como Velefique, Níjar, Torrijas, Huebro e Inox se sublevaron. Diego Fernández de Córdoba, alcalde de los Donceles, fue el lugarteniente escogido para sofocar estas rebeliones, para lo cual recibió apoyo militar desde Lorca y Murcia. Fernández de Córdoba estableció su campamento de operaciones en Tabernas. Los combates fueron tan duros y la resistencia musulmana tan fuerte que Fernando consideró venir en persona y asumir el mando del ejército castellano. Finalmente las cuatro localidades musulmanas antes mencionadas se rindieron y a principios de 1501, se pactó formalmente la capitulación en las mismas condiciones que la anterior sublevación: No se castigaría a nadie si se convertía, no se le expropiarían las tierras, y los no convertidos musulmanes habrían de pagar una especie de multa de 25.000 ducados. Ante la imposibilidad de cubrir tal cantidad, la mayoría optó por bautizarse.
Para controlar estas zonas rebeldes de Almería, Pedro Fajardo acantonó sus tropas murcianas en la zona de Vera.

4) LAS SUBLEVACIONES EN MÁLAGA DE 1501: Villaluengas y Sierra Bermeja
Una última oleada de sublevaciones tuvo lugar de nuevo en ciertas zonas costeras montañosas de Málaga y Almería, a principios de aquel año de 1501. Hubo localidades como Adra o que se sublevaron y acabaron rindiéndose tras ser asaltadas. Sin embargo, la violencia se trasladó a la Serranía de Ronda y a la de Villaluenga. Muchos conversos colaboracionistas y repobladores cristianos viejos perdieron propiedades, tierras y ganado a manos de los mudéjares sublevados.
En Daidín, sito en Sierra Bermeja, los mudéjares asesinaron a dos clérigos-misioneros. La respuesta de las tropas reales no se hizo esperar y fue cruel y desproporcionada con los mudéjares. Paralelamente, los sublevados consiguieron tomar algunas localidades como Gaucín e hicieron numerosos saqueos de fincas y apresaron a muchos neoconversos y cristianos viejos que vendieron como esclavos en el Magreb.
Para sofocar esta nueva rebelión malagueña se trajeron tropas desde Sevilla al mando de Juan de Silva, conde de Fuentes que se unieron a las de Alonso del Aguilar y las del conde de Urueña. Los tres lugartenientes lograron pacificar esta zona aplicando normativas aún más drásticas como expulsar a los mudéjares de sus poblaciones sino se convertían al cristianismo. Ello contravenía las tesis de Talavera y este cambio de parecer está considerado el final de la influencia del ex arzobispo de Granada en la política de conversiones y su alejamiento definitivo de la confianza que la Reina Isabel mantenía con Talavera.

5) 16 DE MARZO DE 1501: EL “DESBARATO” o DERROTA DE MONARDA (“Río Verde”), Entre la gesta épica y la leyenda del Romancero.

Entretanto, los sublevados musulmanes pasaron de luchar en campo abierto a guarecerse y continuar la resistencia en caminos de montaña y zonas inaccesibles. Se dedicaron a saquear campos y a quemar cosechas y secuestraban a cristianos viejos o neoconversos.
En las peñas de Monarda (o en el Arroyo del Infierno o Monardillo, no se sabe bien), el 16 (ó 18, según otras fuentes) de Marzo de 1501, tuvo lugar un enfrentamiento a sangre y fuego entre los mudéjares sublevados comandados por el Feri de Benestepar y algunas tropas cristianas de avanzada que buscaban botín.
La refriega tuvo lugar tras lo que pudo ser una emboscada que tendieron los musulmanes en medio de la noche, delante de un río, que fue propiciada por la explosión accidental (o intencionada) de un tonel de pólvora que puso al descubierto a las tropas castellanas. Hubo muchos muertos en la parte cristiana que se llevó la peor parte, ellos Alonso del Aguilar y otros importantes lugartenientes castellanos.
El Romancero viejo, popularizó este hecho en un romance fronterizo, que recordaba las viejas gestas de la Reconquista, “Río Verde”:

“Río Verde, Río Verde, / Tinto vas en sangre viva,
Entre si y Sierra Bermeja / Murió gran caballería.
Murieron duques y condes, / Señores de gran valía,
Allí muriera Urdiales / Hombre de valor y estima.”
La muerte de Alonso del Aguilar es narrada en tono de épica guerrera:
“Don alonso en este tiempo / Muy gran batalla hazía,
El caballo le habían muerto / Por muralla le tenía;
Y arrimado a un gran peñón / Con valor se defendía,
Muchos moros tiene muertos, / Mas muy poco le valía;
Porque sobre él cargan muchos / Y le dan grandes heridas,
Tantas que allí cayó muerto / Entre la gente enemiga.”

La derrota fue vista por los cronistas de la época como Andrés Bernáldez como una consecuencia de la avaricia y la codicia de las tropas de avanzadilla que participaban en la campaña, que contraviniendo órdenes militares trajeron la desgracia a Alonso de Aguilar y otros caballeros.
Reflexionaba así Bernáldez en su crónica:
“E la cabsa de aquella perdiçión fue por el pecado de la mala cobdiçia de la gente común de los christianos, que como llegaron a las tiendas de los moros, llevándolos de vençida, es çierto e verdad que echavan las armas de las manos y se cargavan de ropa e líos de la hazienda de los moros, y echavan mano de las moras y de los mochachos, sin aver vençido. E aun de aquel despojo vino harto a tierra de christianos, que los que sabían la tierra pudiéronlo sacar e salvar. E así los malaventurados que con su cobdiçia començaron de robar dexando de pelear, dieron cabsa a la muerte de tan noble e leal y esforçado y loable cavallero don Alonso de Aguilar, que valía más que todos los moros...”
La victoria en Monarda (o “Rio Verde”) dio nuevos ánimos a los mudéjares sublevados e insufló en ellos un espíritu de yihad, lo que hizo que la rebelión se intensificara aún más y que incluso conversos ex musulmanes se les unieran en su lucha tal como ocurrió con gente de la zona de Marbella y Tolox.
Para la visión cristiana, en palabras de la propia reina Isabel, que manda en una carta palabras de consuelo a la viuda de Alonso de Aguilar, la muerte de éste le hace mártir: “que esto es lo que se a de creer según la santa y justa guerra donde fue martirizado”. Entretanto, algunos soldados de las milicias concejiles que acompañan a este ejército desertaron.

6) LA PACIFICACIÓN FINAL (1502): Las primeras negociaciones. Los “Rehenes de Daidín” (Málaga).

Entre marzo y abril de 1501, el propio rey Fernando tuvo que llegar con más tropas de refuerzo que acantonó en Ronda (1300 jinetes y 3000 peones), de allí parte a un campamento militar en Daudín y vuelve a Ronda y de ahí a Granada. El rey en persona pone orden en el campamento y reorganiza el maltrecho ejército reprimiendo duramente y con disciplina estas deserciones.
Mientras, se procede a buscar la vía diplomática más que la de las armas. Comienza, pues, las negociaciones con los sublevados de Sierra Bermeja la devolución del cuerpo de Alonso del Aguilar y los otros lugartenientes fallecidos. Los musulmanes dicen que mataron accidentalmente a Aguilar porque era de noche y exigen que no se hagan represalias contra ellos y se les permita marchar al Magreb con sus pertenencias. Pero estas medidas se aplicarían sólo a los aún musulmanes que no se han bautizado, no a los conversos quien habrían de pagar una multa de 5000 ducados.
Peor suerte fue la corrida por los mudéjares de Daidín, que habían asesinado a los dos clérigos arriba mencionados. A la gente de Daidín se les impuso un castigo parecido al sufrido por los malagueños tras el asedio de 1487. La población aún musulmana fue sometida a esclavitud en tanto que con los neoconversos, la política fue más benévola. Los musulmanes esclavizados fueron conocidos como los “Rehenes de Daidín” en las crónicas cristianas y acabaron siendo vendidos a dos mercaderes de esclavos genoveses quienes a su vez revendieron a muchos de estos mudéjares, entre ellos muchos jóvenes, en Sevilla. Años después, tenemos casos de cristianos moriscos que compran algunos de estos esclavos “rehenes de Daidín”, entre ellos, algunos padres que compran a sus hijos buscando recomponer sus familias rotas por la guerra.

7) 1502: LOS ÚLTIMOS EXILIADOS MUDÉJARES Y LA CONVERSIÓN GENERAL EN EL REINO DE GRANADA.
La negociación acabó por imponerse a las armas y muchos de estos sublevados lograron finalmente su deseo a principios de 1502 de pasar al Magreb (“pasar allende” decían entonces): Algunos viajarán tras vender sus propiedades, otros, como Alí Dordux, el nazarí colaboracionista que abrió en 1487 a los Reyes Católicos las puertas de Málaga, lo hicieron previo pago de un rescate monetario. Pero miles de musulmanes mudéjares se decidieron por el camino del exilio.
Otros, los más pobres o los que se habían convertido hacía tiempo, por la fuerza de manera sincera, que fueron la mayoría, decidieron quedarse y aceptaron en masa la cristianización. Por ejemplo, los mudéjares de Málaga y sus alquerías circundantes.
La mayoría recibió como nombre el de Isabel y Fernando y en menor medida el de Juan. Pero su cristianización no fue profunda ya que continuaron siendo musulmanes en su interior.
En el resto de Castilla, se impuso en Febrero de 1502 la conversión forzosa general de los mudéjares castellanos (Aragón lo haría en 1525). El mudejarismo de origen medieval, llegaba así a su final en Castilla y Andalucía.
Finalmente los ahora moriscos no eran de una religión ni de otra, y ello derivaría en que se convertirían con el tiempo en “malos cristianos” en palabras del Cura de Palacios. Por fuera eran nominalmente cristianos, por dentro tenían corazón musulmán.
Nacía así el famoso “problema morisco” que tanto habría de preocupar a los monarcas siguientes y que culminaría en 1609 con el Edicto de Expulsión promulgado por Felipe III.

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 Asunto: Re: ‘Isabel’, la serie
NotaPublicado: 28 Oct 2014 22:24 
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Las Luces y Sombras del capítulo 34 por Enrique Aznar Pardo.

Citar:
LUCES Y SOMBRAS

CAPÍTULO 34

Un infante heredero de dos reinos y un imperio nace, literalmente, en medio de la inmundicia. Y será nada menos que el amo de Europa. Juana pierde una vez más los papeles pero, a la vez, es trágicamente curioso que la vida de la reina Isabel se esté deslizando en una espiral cada vez más vertiginosa hacia las profundidades del dolor y la muerte. Si la semana pasada la veíamos perder a su hija en el sobreparto, en este capítulo hemos visto morir a su nieto Miguel de la Paz tan repentinamente que ni siquiera nos hemos dado cuenta de ello. Es cierto, de todos modos: la muerte del jovencísimo príncipe de apenas dos añitos fue tan repentina (aún para la alta mortalidad infantil de la época) que no faltó quien pensó que agentes borgoñones o franceses se habían encargado de facilitarle el pasaporte al limbo de los neonatos.

La trama se va complicando cada vez más: frente a un Fernando cada vez más maquiavélico y calculador se alzan el rey francés Luis XII -tan diplomático e hipócrita como el aragonés-, el papa Alejandro VI -que sólo mira por el bien de la Iglesia (la suya, por supuesto) y el impresentable de su yerno Felipe “el Guapo”, un rapaz que a estas alturas ya dudo de que tenga la más mínima virtud, visto su temperamento y sus maneras crueles, ambiciosas y maltratadoras. Una pieza de muchacho, el archiduque. Desgraciadamente no veremos en la serie al “karma” hacer su trabajo (murió después de su suegra la reina Isabel) y llevárselo al otro barrio de un sifilazo en condiciones, pero que lo sepáis: el archiduque no se irá de rositas.

Y mientras. Ibrahim y los mudéjares de las Alpujarras dando por el saco y obligando a Su Católica Majestad a desatender sus asuntos y tomar las riendas de la represión y las conversiones a sangre y fuego (magníficas esas palabras del rey al Gran Capitán: “Vos sois un soldado, pero yo soy un rey y debo gobernar... a veces haciendo pasar por justo aquello que no lo es”), el duque de Braganza dando por el saco a Manuel I “el Afortunado” (que no sabe si va a llegar a casarse con María de Aragón y Castilla porque el Papa, a su vez, da por el saco a los Reyes Católicos negando la dispensa matrimonial) y Manuel de Portugal amenazando a sus Católicas Majestades con desposar a la Beltraneja si no llega la bula papal... ¡Cuánto viaje a dar por el saco! ¡Señor, qué estrés de capítulo! Un capítulo que, por supuesto, también ha tenido sus...

LUCES

- Excelente esa escena del parto del infante don Carlos en las letrinas del palacio ducal de Gante, aunque yo tenía otra versión de los hechos: Juana estaba en el baile, danzando sin perder de vista a su promiscuo marido (¡esos celos patológicos, esa locura alimentada por las constantes infidelidades del esposo... ¿dónde está todo eso?) o, al menos, asistiendo a la fiesta cuando la asaltaron las contracciones que anunciaban el parto... Retirada a los aliviaderos, dio doña Juana a luz al que sería el más grande de los monarcas de Europa: Carlos “el Emperador”. En ese sentido, la película de Vicente Aranda se aproxima más a la idea que yo tenía de ese nacimiento (que no sé si será la correcta, pero es la que yo suelo contar a mis alumnos cuando les hablo de ello). Sin embargo, esto no impide que me haya parecido una escena preciosa, sobrecogedoramente humana y magníficamente interpretada. Bravo, Irene

- Muy bien interpretado el papel del rey Luis XII de Francia y, sobre todo, de su consejero Louis de La Trémoïlle. Cada vez me gusta más este hombre, que junto a mi admiradísimo DON Eusebio Poncela (fabuloso, inmenso), a Lluis Soler, a Guillén Cuervo y a Ramón Madaula (echo mucho de menos a Cárdenas-Pere Ponce) constituyen los puntales sobre los que se apoya el elenco de secundarios de la serie. Un excelentísimo trabajo de elección de casting, nunca me cansaré de repetirlo.

- Otro descubrimiento: Susana Abaitua. Es posible que no la conozca nadie por ese nombre. Si os digo que interpreta a la única hija de los Reyes Católicos que llegó a disfrutar de algo parecido a la felicidad, igual os suena más. Ha intervenido poco, pero su interpretación de la infanta María de Aragón me ha parecido estupenda, muy prometedora. Un papel muy comedido, que se debate entre la incertidumbre, la tristeza, la sorpresa y un atisbo de ilusión ante su inminente matrimonio con el rey de Portugal...

- Grandes escenas de guerra en este episodio, con la destrucción casa por casa del pueblo de Lanjarón y las durísimas y terribles palabras ya mencionadas del rey don Fernando a su más ilustre soldado. Aunque también en estas escenas de la rebelión alpujarreña he encontrado algunas sombras...

- Por último, me ha parecido preciosa la entrevista entre don Gonzalo de Córdoba y la reina Isabel... ya envejecida (¡hay que estar un poco ciego para no ver ese envejecimiento, por Dios!) y vapuleada por los reveses de la vida. El viejo amor de don Gonzalo se ha transformado definitivamente en amistad, cariño y devoción hacia la reina. Y emocionantes esas palabras: “Mi Señora, sois fuerte, queráis o no”... que se continúan en la espléndida frase de don Fernando al morir su nieto Miguel de la Paz:

“Lloremos, maldigamos... Pero cuando salgamos de esta alcoba, comportémonos como reyes.”

SOMBRAS

- Y bueno... hay varias. La primera en la misma escena del parto y posterior presentación del infante don Carlos: se nota un huevo de mico que es un muñeco inanimado.... ¡y cuando el archiduque lo presenta a la corte como “Carlos” (¡menudo cabrón insensible, el Felipito!) ese niño tiene al menos cuatro o cinco meses! Vale que es difícil encontrar recién nacidos cuyos papás quieran prestarlos para hacer de infantes de España y Austria, pero es que el gazapo cantaba “La Traviata” de lejos...

- No me ha gustado nada la actuación de Ibrahim, el líder de los rebeldes de las Alpujarras. Me ha parecido tremendamente artificiosa, muy poco natural, muy “aprendida” y, sobre todo, muy mal interpretada. Dentro de una trama que, por otro lado, ha estado magníficamente narrada (y aquí puede hablar mucho mejor que yo Mabel Vilagra), la intervención de este personaje me ha parecido una evidente “sombra”.

- Ya lo he dicho varias veces: sigo sin ver a Nacho Aldeguer como Señor de la Romaña y duque Valentino. Ni con apoyo francés, ni con sus tropas de Gonfaloniero Pontificio, ni vestido de lagarterana. No es un buen actor quien es incapaz de hacerme olvidar a un personaje. Y no, Nachete, hijo mío: tú eres Felipe, el capullete y cabroncete ex-amigo de Carlitos en “Cuéntame cómo pasó”... Te falta el cubata en la mano

- Unas cuantas sombras de vestuario y estilismo: uno de los soldados franceses que he visto en Amboise iba vestido a la usanza del siglo XIII por completo (yelmo normando con nasal -que no se usaba ya desde doscientos años atrás-, cota de malla, gambesón...). Veo que la corte francesa sigue teniendo una lamentable falta de presupuesto...

- Don Fernando, en camisa, recién levantao.... y con las PUTAS BOTAS puestas. No zapatos... No zapatillas de felpa de andar por casa, no... Las puñeteras BOTAS. ¿Es que no se las quita ni para ir a mear?

- Perdonadme, pero también he de terminar con un pequeño rapapolvo respecto a otro actor: tampoco me ha gustado “miajica” (que decimos en mi tierra) la interpretación del personaje del duque Jaime de Braganza. Lo he visto demasiado artificioso también, muy prepotente (posiblemente porque el duque auténtico lo fue), pero sobre todo me parecía una especie de gitano con ínfulas... No lo he visto acertado, aunque tal vez me equivoque...

Y eso es todo, que no es poco. Interesante trama en la que Isabel desciende cada vez más rápido a los infiernos. La semana que viene, la niña Catalina se le marcha a Inglaterra...

He dicho.

_________________
Verdad y razón nunca envejecen.


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