sabbatical escribió:
Es una pena tan poco reconocimiento entre unos y otros al final de sus vidas. Espero que no fueran conscientes, bueno de Crista evidentemente que sí, pero espero que Pepe nunca llegara a enterarse de la fama que tejieron sobre él. Yo creo que eso le hubiera matado.
No creas, Sabbi: estaba muy acostumbrado. Alguien dijo que desde el instante en que Pepe asumió el cargo de Mayordomo Mayor de Palacio con la llegada al trono de Alfonso XII, no tuvo ni un momento de descanso; que se dedicó por entero a cumplir sus tareas, día y noche pendiente de su señor, sin que le importasen todos los infundios y calumnias que circulaban sobre él. Cierto que esto último es muy fuerte...como bien ha señalado Orly, él me lo transmitió privadamente, atónito por lo que acababa de leer en google books; yo decidí que, puesto que esa información está ahí, lo mejor era traerlo aquí, pero no como un remate a la historia, sino para poner en evidencia que Pepe duque de Sesto aún tiene pendiente una biografía que merezca la pena (yo por si acaso estoy dispuesta a encender velas para que un día suceda).
Lo cierto es que acabo de darle un repaso a las Memorias de Julio Benalúa en la red. Me he dejado los ojillos, jajaja, con ese texto en el que Julio relata su infancia y juventud hasta el advenimiento de Alfonso. Puedo asegurar que Julio traza una semblanza muy cariñosa tanto de su tío y padrino Pepe como de la tía Sophie. Habla con sentimiento de su vida en la casa de la rue Gabriel, dónde los chicos disponían de amplios aposentos en el entresuelo, con un ayo -Monsieur Blanc-, la gobernanta -Elizabeth Hall- y la niñera -Amy-. Julio cuenta que siempre se les permitía comer y cenar con los duques, a no ser que hubiese invitados de postín (cosa natural para la época). La forma en que presenta los acontecimientos da una imagen de familia bastante agradable
La lectura me ha reconfortado, he de decirlo