Château de Trécesson.
Se trata de un edificio cuyo nombre original es Château de Trécesson situado en Campénéac, Morbihan, en plena bretaña francesa.
Se desconoce la fecha del primer asentamiento sobre el Castillo de Trécesson. En textos del Siglo VIII aparece mencionado como hogar de los señores de Plöermel y Campénéac. Posteriormente lo sería de la familia Trécesson, de la que se tiene conocimiento a partir del siglo XIII y cuyo primer gran representante sería Jean de Trécesson, condestable de Bretaña.
La tradición data la construcción del castillo por parte de dicha familia en el siglo XIV si bien los expertos aseguran que el conjunto actual es del siglo posterior y que fue en 1440 cuando la última heredera de los Trécesson (casada con Éon de Carné) y su hijo François emprendieron una transformación/reconstrucción del castillo.
El linaje de los Carné-Trécesson cesaría en 1773 con el matrimonio de su heredera Agathe con René-Joseph Le Preste de Châteaugiron que se convierte en propietario del castillo.Propiedad que cambiaría de manos en los años posteriores pasando por las familias Bourelle de Sivry, Perrien, Montesquieu y Prunelé. Siendo la condesa Prunelé quien lo habita en la actualidad.
En junio de 1793, en pleno Terror el castillo sirvió de refugio al diputado girondino Jacques-Joseph Defermon des Chapelières que había firmado una protesta contra la exclusión de los Girondinos.
Es uno de los monumentos históricos del país. Pero como todo edificio histórico que se precie, tiene su habitante misterioso.
El Castillo de Trécesson, situado en el Bosque Broceliande de la Bretaña , Es el típico castillo rodeado por un lago, a las afueras de la conocida como Selva Oscura. Un castillo lleno de leyendas y misterio, con su foso y su puente levadizo, y una enorme puerta que encierra el misterioso asesinato sin resolver de la Dama Blanca.
Todo sucedió una oscura noche de otoño de 1750, un cazador furtivo se había acercado en busca de sus presas hasta el bosque del castillo. Agazapado entre la espesura vio de repente la figura de un carro tirado por un grupo de caballos negros y seguido de varios sirvientes y una escolta. Un grupo silencioso de antorchas le seguía a distancia.
La procesión se detuvo a pocos metros de donde se encontraba escondido el cazador, y un grupo de criados comenzó a cavar una especie de pozo. Dos caballeros surgieron del carro arrastrando a una mujer joven, vestida ricamente con sedas blancas, y un tocado de flores sobre su pecho. Parecía una novia preparada para dirigirse al altar.
Sin embargo, tenía el pelo revuelto y sus ojos estaban llenos de lágrimas. La palidez de sus mejillas y su rostro implorante dejaba ver que se encontraba aterrorizada. Los dos caballeros la arrastraron hacia la fosa que se estaba cavando. Ella se aferraba a las rodillas de sus verdugos pidiendo clemencia. Todo el mundo permanecía en silencio implacables.
Los miembros de la procesión eran su propia familia. Sus hermanos le declararon que ya no era un miembro de su familia, y que debía pagar por el oprobio y resignarse a la muerte. A una señal de los dos caballeros, los criados dejaron de cavar y agarraron a la joven para lanzarla al hoyo. La chica cayó en él y rápidamente se pusieron a echar tierra sobre él, ante los gritos agónicos de la joven. (Fiate tú ni de tu propia familia, dónde quedó Il Padrino...)
La tumba fue tapada y la chica enterrada viva. El grupo volvió hacia el castillo tan silenciosamente como habían surgido, regresando a la oscuridad de la noche.
El cazador, aterrado por lo que había visto, corrió hacia su casa para contarle todo a su mujer. Esta le recriminó su cobardía, y le rogó que volviera al lugar para desenterrar a la joven. Sin embargo, el cazador le dijo que temía que en ese momento fueran descubiertos y se les pudiera acusar de un asesinato que no habían cometido.
Decidieron acercarse hasta el castillo para comentarle el caso al Señor de Trécesson. Al ser recibidos el cazador y su mujer contaron el caso e indicaron el lugar exacto donde se hallaba la joven. Fueron hasta allí, comenzaron a cavar y descubrieron el rostro horrorizado con los ojos completamente abiertos e inertes de la Dama Blanca.
A partir de ahí se intentó buscar con denuedo a los causantes del crimen, o al menos la identidad de aquella joven y el porqué de su asesinato. (se me revuelve el estómago, si yo los cojo..., bueno mejor no lo cuento)
La Dama Blanca recorre a veces los fosos del castillo de Trécesson.
Hoy en día el vestido blanco de la novia y su ramo de flores reposan en el altar de la capilla del castillo. Nunca se ha sabido el nombre de aquella joven, ni su historia ni el porqué de su asesinato. Nunca se pudo encontrar ni rastro de sus familiares, por lo que es un misterio que vivirá para siempre.
Otras leyendas ligadas a este Château de Trécesson.: el cura sin cabeza, los jugadores fantasmas de cartas y Manoir du Pied d' Ânon .
Además se encuentra situada en el entorno del mítico bosque de Brocelandia, origen de numerosas leyendas de origen celta, y dónde se sitúan las leyendas artúricas de la mesa redonda, y el amor entra el hada Viviane y Merlín, así como la fuente de la eterna juventud.....
El bosque "encantado" de Brocelandia
He estado el fin de semana pasado visitando el lugar, los alrededores, porque solo se puede visitar en verano el patio (estoy cartita de ir a ver castillos en Francia y que solo puedas verlos desde fuera...) tengo algunas fotos pero no sé subirlas. Brianna si quieres te las envió y las colocas.
El lugar es maravilloso, el entorno es totalmente mágico. Y se ve que el castillo lo tiene muy bien conservado.