He abierto este hilo para presentaros algunos de mis personajes favoritos
Suelen ser señoras las que desaparecen en las brumas de la historia porque esa misma historia la han escrito los hombres
, de ahí el nombre del tema. En el caso de este grupo de damas olvidadas trataremos personajes que, por lo poco que se sabe de ellos, no dan para hacer un hilo en condiciones pero sí para algo más que un juego de trivia en el que apenas reseñamos un par de pinceladas en la resolución. Hablo de personajes desconocidos por haber vivido en épocas de las que apenas se conservan registros, por su vida efímera aunque interesante, porque las mencionan en los libros de forma puntual debido a un hecho importante que les ocurrió pero sobre todo porque, al fin y al cabo, todas ellas son merecedoras de unas palabras que las recuerden por el simple hecho de haber vivido, amado, traído al mundo hijos, gobernado sus casas o castillos, bailado, compuesto poemas y canciones y mil cosas más. Eso también es historia.
Y quisiera empezar por dedicar el hilo a esta mujer
Esta joven de frente alta y despejada, considerada muy hermosa en su época, es Isabel de Borbón, fallecida a los 29 años de edad.
Hace muchos años, antes de que los aficionados a la genealogía comenzasen a compartir sus conocimientos en internet, tuve que hacer una investigación para un amigo biólogo genetista que quería conocer los antepasados de los Austria españoles. Todo fue relativamente fácil hasta que llegué a María de Borgoña, esposa de Maximiliano de Habsburgo y madre de Felipe el Hermoso.
María de Borgoña, hija de Carlos el Temerario, duque de Borgoña, y de Isabel de Borbón. Punto y se acabó. Ni una palabra más sobre Isabel. Repasé todos los libros de la biblioteca sobre este periodo y nadie decía nada más sobre ella, si acaso que murió joven y gracias a eso su viudo se pudo casar con Margarita de York, de quien contaban más cosas puesto que su matrimonio fue una alianza importante. Lo único destacable que había hecho Isabel en sus casi 30 años de vida, según los historiadores, era haber dado a luz a María.
Y me dio tanta rabia
Porque estaba absolutamente segura de que Isabel valía algo más que el nacimiento de su hija, algo más reseñable había hecho, quizá no en los términos absolutos en los que aquellos autores entendían la historia como luchas o alianzas de reinos, puede que a un nivel más bajo, más íntimo, más a pie de calle o como lo queráis decir, pero desde luego no se limitó a pasar por la vida como un vegetal.
Salí de la biblioteca más enfadada de lo que recuerdo haber estado nunca y me prometí que investigaría más sobre Isabel y sobre todas aquellas que se pareciesen a ella. Y resulta que hay muchas y por eso abro este hilo (que empezará despacito porque ahora estoy a mil cosas, pero que aunque sea poco a poco irá creciendo) Reconozco que ahora resulta más fácil porque hay muchos libros que recopilan personajes tipo "las reinas de la alta edad media del reino X"
Por cierto que Isabel sí hizo algo más en su vida que dar a luz a María. Para empezar es hija de Carlos I de Borbón y nieta de Juan de Borbón, conde de Clermont, que fue hecho prisionero en la batalla de Agincourt y que murió durante su cautiverio. Os he hablado mucho de él en el hilo de Agincourt. Es bisnieta de Luis II de Borbón y por tanto tataranieta de Pedro I de Borbón y su esposa Isabel de Valois, hermana del rey Felipe VI de Francia... en resumen, proviene de una familia del linaje real de Francia por parte de su padre.
Por otra parte su madre es Inés de Borgoña, hija de Juan sin Miedo, duque de Borgoña, también de la casa real francesa de Valois. Aquel que en el hilo de Agincourt no soportaba al partido Armagnac y ordenó la muerte de Luis de Orleans. Es decir, que a Isabel la casaron con su primo hermano.
Y digo la casaron porque así fue. A esta niña de excelente linaje y extraordinaria educación acorde con su elevado estatus, la casaron en cumplimiento del Tratado de Arras de 1436, que obligaba al duque de Borgoña a casarse con una dama de linaje real francés. Es decir, que esta chica que según los historiadores no había hecho nada más importante que dar a luz a una hija, es la responsable de la paz entre Borgoña y Francia, el abandono de sus aliados ingleses por parte de Borgoña, el reconocimiento de Carlos VII como rey por parte del duque, Borgoña obtuvo la gracia de no pagar tributo al reino francés y también es la responsable de que Carlos se viese obligado a castigar a los asesinos de Juan sin Miedo.
No está mal para una simple yegua de cría
Además, esta yegua de cría dio a luz de forma curiosa, siendo aún condesa de Charolais puesto que el padre de su marido aún vivía. En el castillo de Coudenberghe, el 13 de febrero de 1457, nacía María de Borgoña. Era un día agradable y despejado, pero justo en el momento en que nacía la pequeña, un portentoso y fortísimo trueno retumbó sobre la casa.
Como Isabel era dama refinada y vivía en la corte más lujosa del mundo, descansaba en una sala tapizada de seda roja con cortinas carmesí. La pieza principal del mobiliario era una gran cama de gala adornada con satén carmesí y tejido bordado en oro fino, regalo de la ciudad de Utrecht al duque Felipe el Bueno de Borgoña, abuelo de la criatura. Esa era la habitación preparada para el parto. La de la condesa tenía tapizado verde y curiosamente dos camas grandes en el centro (los esposos compartían dormitorio, se apreciaban sinceramente y Carlos quedó profundamente afectado cuando Isabel falleció, a pesar de que su muerte le permitía un matrimonio mejor para sus intereses), bajo un inmenso dosel de damasco verde orlado con franjas de seda, del que caían unas cortinas del mismo color. Entre las dos camas, a la cabecera, una silla grande, de respaldo alto, completamente cubierta de tisú de oro carmesí. Tras la silla, otra cortina, la tercera y última, pues sólo las reinas de Francia tenían cuatro en su dormitorio. Sobre las sábanas, de color violeta, había dos colchas salpicadas de armiños.
A María se le preparó una cuna frente a la chimenea, adornada con sábanas de muselina violeta y cubierta de armiños. Una tupida alfombra tapizaba el suelo, y las ventanas permanecieron cerradas durante quince días. Tan sólo dos grandes antorchas iluminaban la estancia.
Fue bautizada el día 17, siendo sus padrinos el rey de Francia y su abuela Isabel de Portugal. Isabel de Borbón, condesa de Charolais, aguardaba el regreso del cortejo acostada en su gran lecho. La duquesa de Borgoña, al llegar a la primera habitación de paso, le entregó la niña a su aya, Madame de Berzé, quien la puso en manos de la nodriza. Después de presentarla a su madre, la llevaron a su habitación y la acostaron en la cuna. Comenzó entonces la ceremonia de obsequiar a las personas presentes, que habían invadido las habitaciones de la condesa hasta no caber más.
¿No créeis que esto también forma parte de la historia? Vale que el hecho de que Isabel fuese dama refinada y de gustos caros no importa mucho en el devenir de la macro-historia, pero si contribuyó a hacer de una corte refinada una aún más estilosa, pues también es digno de mención.
En septiembre de 1465 Carlos había sido herido en Montlhéry, y María, intranquila, llamó a su madre.
Isabel quiso responder a su llamada y se puso en camino, a pesar de encontrarse muy enferma de tuberculosis. En Amberes tiene que interrumpir su viaje y su estado se agrava con rapidez. Su madre y su suegra acuden a su cabecera y la asisten en sus últimos momentos. El 26 de septiembre, lejos de su marido y de su hija, la encantadora condesa de Charolais muere en una abadía. María pierde a su madre con 8 años.
En fin, que Isabel, de excelente linaje, impecable educación, piadosa, refinada, amante del arte, del lujo y de la
moda, esposa
modelo, madre abnegada, hizo algo más en su vida que poner una hija en el mundo y punto final.
Ahora vamos a ver las demás damas