El 10 de febrero de 2005 llegaba la esperada noticia. Tras años de especulaciones sobre su relación, Clarence House anunció la boda del Príncipe de Gales y Camilla Parker Bowles. La ceremonia civil, muy discutida por los puristas en la materia, estaba prevista para el viernes 8 de abril. Tendría lugar en el Ayuntamiento de Windsor, seguida de un servicio de oración y dedicación presidido por el Arzobispo de Canterbury en la Capilla de San Jorge.
La Reina y el Duque de Kent la mañana del anuncio del compromisoEl 2 de marzo de 2005, de conformidad con las disposiciones de la Ley de Matrimonios Reales de 1772, se reunió el Consejo Privado para hacer efectivo el consentimiento de la Reina al matrimonio.
La Reina y el Príncipe Felipe les felicitaron públicamente expresando sus "más cálidos deseos" para el futuro de la pareja. En palabras de la Reina "El Duque de Edimburgo y yo estamos muy contentos de que el Príncipe de Gales y la señora Parker Bowles vayan a casarse". Clarence House dijo que los dos hijos del Príncipe, los Príncipes Guillermo y Enrique, estaban "encantados" por su padre.
A su vez, el Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, emitió un comunicado en el que intentaba despejar ciertas dudas ante el carácter civil del matrimonio. La cuestión de si el Príncipe Carlos, como heredero al trono, podría casarse con una mujer divorciada había causado controversia dentro de la Iglesia Anglicana.
"Estos acuerdos cuentan con mi firme apoyo y son coherentes con las directrices de la Iglesia de Inglaterra relativas al nuevo matrimonio, que el Príncipe de Gales acepta plenamente como anglicano comprometido y como futuro gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra".

El Primer Ministro, Tony Blair y los Primeros Ministros de los demás Reinos de la Commonwealth también se sumaron a las felicitaciones. Blair describió el anuncio como una "noticia muy feliz", añadiendo que su Gabinete enviaba "felicitaciones y buenos deseos. Todos les deseamos mucha felicidad para su futuro juntos".
Muchos empezaron a hacerse la ridícula y discriminatoria pregunta acerca de si Camilla sería reina en un futuro. La pareja eludió cuidadosamente la cuestión, pero Clarence House se pronunció al respecto, asegurando que, cuando llegase el momento, Camilla recibiría el título de Princesa Consorte.
Del mismo
modo, puntualizaron que Camilla, bajo su expreso deseo, sería tratada como Su Alteza Real, la Duquesa de Cornualles y no como Princesa de Gales. Dicha elección pretendía evitar una supuesta controversia ante el hecho de compartir título con la primera esposa del Príncipe, fallecida en 1997.
En los dos meses siguientes al anuncio de su compromiso, Clarence House recibió 25.000 cartas. La gran mayoría de éstas mostraban apoyo y felicitaciones por la futura boda, pero palacio advirtió que 908 de aquellas cartas mostraban un profundo odio. Las más amenazantes y agresivas fueron enviadas a la policía para ser objeto de investigación.