El sueño unificador de Alfonso VI se ha ido al garete: Aragón ya es el doble de extenso de lo que recibió el Batallador en herencia, sumándose Navarra; León, Castilla y Galicia forman otra unidad; Portugal cada vez en más independiente y el condado de Barcelona va a su bola. La España de los cinco reinos está configurada.
En Galicia, Gelmírez es el hombre fuerte: su posición es la más decisiva en la corte, sus posesiones territoriales son muy extensas y contaba con su propia fuerza militar (incluyendo una marina de guerra). Los nobles no están contentos, con el de Traba a la cabeza, obviamente.
Teresa, al ver que no podía ir más hacia el sur porque los almorávides la taponan, no tiene mejor ocurrencia que pactar con la alta nobleza de la zona, con el de Traba a la cabeza otra vez, e ¡invadir Galicia!
Esta vez es Urraca la que, con sus tropas, pone en fuga a su hermanita después de reconocerse soberana y condesa respectivamente. Realmente a la reina Portugal le da igual, a los que necesita controlar es a los gallegos, que son los culpables, reincidentes, de la desestabilización del reino.
Más o menos la situación se resume de esta manera: Urraca gobierna León y Castilla, Gelmírez Galicia, Teresa manda en Portugal y el rey Alfonso encuentra sus mejores apoyos en los guerreros del reino de Toledo y Extremadura, pues es en la frontera sur donde se combate en su nombre y donde se le está educando en el arte de la guerra.
Parece que está todo tranquilo... pues no. Es Alfonso el Batallador el que viene a jorobar, porque tras sus victorias mira hacia Castilla, esa frontera nunca bien precisada entre ambos reinos cuyas plazas fuertes recompuso hace años cuando, en teoría tras su matrimonio, esa frontera no existía. Navarra tiene considerable influencia en extensas zonas de Burgos y Álava, eso está inquitantemente cerca del núcleo castellano y ni Urraca ni su hijo (que ya tiene 15 años así que vamos a dejar de llamarlo pequeño o niño) se sienten cómodos con ello. Habrá asedios y demostraciones de fuerza en torno a Soria, Guadalajara, Toledo y Segovia, pero nunca guerra abierta.
En mayo de 1124, con 18 años, Alfonso Raimúndez es armado caballero
, nuestro pequeño rey ya es un hombre.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.