No, en realidad no dicen ni mu sobre el tema. Simplemente señalan el "caracter fuerte" del Batallador, algo así como que no era una persona a la que se le pudiese llevar la contraria, pero hablando en general, sin referirse concretamente a su situación matrimonial. Y luego se centran mucho en lo buen guerrero que era y la cantidad de veces que luchó y que venció.

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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.

Por cierto Vandal, te presento a Alfonso I el Batallador, de cuando exhumaron sus restos para un estudio en 2008. Al parecer se trata de un varón robusto de unos 60 años que muestra rasgos de haberse dedicado al oficio de las armas (exagerado desarrollo del brazo derecho y artrosis en la columna vertebral a consecuencia de las cabalgadas, también le quitaron una muela del juicio), al contrario que su hermano también estudiado, Ramiro II el Monje o El Curvo, que padecía artrosis en pies y columna y que tenía una cierta desviación en la misma.

Talla media de ambos entre 1,60 y 1,61 cm. Altos para lo usual entonces.

http://www.maz.es/ES/SitioDeNoticias/Pu ... 110623.pdf

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El dossier mola un huevo, con perdón

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Lo que te gusta a tí un esqueleto debidamente exhumado y estudiado...

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muy interesante

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La risa es un antidepresivo sin efectos secundarios

Pues al final tanto lío en Candespina y no sirvió de nada, salvo para demostrar de qué pie cojeaba el cuñado portugués.

Y en Galicia las cosas están lejos de solucionarse. A estas alturas ya os imaginaréis lo que pretendía Pedro Froilaz, conde de Traba: constituir un reino independiente bajo el cetro del niño Alfonso Raimúndez (cinco años tenía), del que era tutor, el muy listo.

Frente a él la pequeña nobleza, que se vería en inferioridad de condiciones si Galicia quedaba en manos de los grandes nobles, y que apoya a la reina Urraca. Esta hermandad, los hermandiños, la lidera Arias Pérez junto a un poderoso aliado: Diego Gelmírez, obispo de Santiago de Compostela. El pobre anciano se veía en un problema, por un lado defensor de la reina, por otro Roma había anulado el matrimonio y Gelmírez, como una de las cabezas de la Iglesia Hispana, no puede hacer oídos sordos.

El obispo podría haberse quedado como observador neutral si no fuera porque los hermandiños de Arias Pérez atacan a la condesa de Traba que estaba con el niño Alfonso en su residencia de Santa María de Castrelo



Iglesia románica de Santa María de Castrelo.

La posición de los sitiados se vuelve angustiosa y la condesa acude al obispo Gelmírez para que actúe como intermediario. Sin embargo, los sitiadores, desconfiados y viéndose ganadores, saquearon el campamento del obispo. Metieron la pata, porque Gelmírez decidió que ante tanto desaguisado le tocaba a él poner orden y su plan era proclamar a Alfonso Raimúndez rey en Galicia, ¡ojo! no rey DE Galicia rey EN Galicia, no pretendía la independencia sino proponer una alternativa institucional al caos representado por Urraca y El Batallador y regenerar el reino de León a través del nuevo candidato, el nieto de Alfonso VI. De esta forma castellanos, leoneses, asturianos, gallegos y hasta el maestro armero quedan contentos y sin posibilidad de rechistar, puesto que se está recuperando la línea de primogenitura.

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Eso sí, primero mandaron mensajes a la reina Urraca solicitando su consentimiento, para que nadie piense que pretendían obrar al margen del poder establecido. La pobre mujer estaba en un brete, por un lado encantada de defender los derechos de su hijo, por otro no podía llevarle la contraria a su marido después de lo de Candespina.

Y mientras, su hermana Teresa y su cuñado el de Portugal, jugaban sus cartas pero con dos o tres barajas a la vez con el único objetivo de construirse un reino independiente. Enrique ayuda por un lado al Batallador, por otro aconseja a los gallegos que coronen a su pequeño sobrino, también ofrece a Urraca su ayuda contra su marido Enrique el borgoñón va con los de la feria y vuelve con los del mercado.

Mientras Alfonso de Aragón a su bola, de campaña por las principales plazas castellanas y leonesas, dejando claro quién manda, hasta que Álvar Fáñez y Pedro Ansúrez (pobrecitos, tan veteranos ya, ¿por qué no los dejan jubilarse y descansar en paz?) lo pillan de sorpresa y lo tienen sitiado en el castillo de Peñafiel.



Y ahora Urraca tiene que decidirse: acabar con su marido como le propone su cuñado portugués o aprovechar la debilidad en que se encuentra para reconciliarse sacando ventajas a su favor. Elige una opción inteligente: se reconcilia con su marido, que sigue siendo el rey, es más poderoso que Enrique de Portugal y además de esta manera no queda en deuda con nadie. Pero todo hay que hacerlo en secreto, para que Enrique no se entere de que pretende desairarlo y, resentido, vaya a apoyar al aragonés chafando la ventaja de la reina. ¡Ays, qué lio esto de la política medieval! La cuestión es que Urraca consigue pillar a los condes de Portugal por sorpresa con su maniobra y Alfonso cede y se obliga a elegir a los futuros tenentes de las principales plazas castellanas y leonesas entre la gente de la reina, ni aragoneses ni navarros.

Crisis resuelta... pues no. Alfonso y Urraca vuelven a pelearse y esta vez es culpa de él, El Batallador, el gran guerrero, es muy bueno en batalla pero incapaz de pacificar: colocó al frente de villas y diócesis a quien le dio la gana sin consultar con ella, que mientras no podía dejar de pensar en su querido hijo ni en los intereses de su reino.

Yo a esto no le veo solución...

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Diego Gelmírez piensa: "hasta aquí hemos llegao" y el 17 de septiembre de 1111, acompañado de todos los nobles gallegos, corona a Alfonso Raimúndez, de 6 años de edad, rey en Galicia. Con el consentimiento de la reina Urraca, su hijo queda señalado como el candidato más probable al trono leonés.

Al Batallador se le escapa la corona, esto es la guerra civil (si no lo era ya)

De un lado, Alfonso y sus huestes defienden el sistema que privilegia a villas y ciudades con fueros y derechos. De otro, Urraca defiente un sistema feudal típicamente leonés basado en los señoríos de los grandes nobles.

Esto da para una pregunta de esas que planteaba Amélie ¿que hubiera pasado si las cosas hubieran sido de otro modo? ¿Qué hubiera sido de España si hubiera ganado Alfonso de Aragón y en todos los reinos cristianos se hubiesen desarrollado burgos o villas comerciales, con grandes privilegios y exenciones de impuestos, abiertas a influencias, rutas comerciales y mercados europeos, con grandes puertos, capaces de hacer frente a la gran nobleza? ¿Villas con gran poder en las Cortes, ricas y manejando dinero? ¿Habríamos tenido una monarquía tan absolutista a partir de los Reyes Católicos o el "Parlamento" de cada reino sería tan poderoso como lo fue el inglés? ¿Habrían acaparado los nobles y la Iglesia los grandes cargos del Estado? ¿Habrían sangrado a España en guerras inútiles y luchas nobiliarias? ¿las consecuencias llegarían hasta el siglo XIX y hubiesemos tenído una Revolución Industrial temprana y efectiva?

Ahí queda eso para que penséis

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El partido del pequeño rey enseguida se puso en marcha hacia León con la intención de proclamarlo monarca en la capital. Alfonso el Batallador, enterado del propósito de sus enemigos, envió una tropa conta ellos. El encuentro tuvo lugar en Viadangos, entre Astorga y León



El ejército aragonés es más fuerte y deshace al de los gallegos claro. Allí mueren los primos de la reina, Fernado García y Fernando Osorio. El conde de Traba cayó preso y su esposa murió intentando huir a la desesperada por el puerto de Pajares hacia Asturias. Gerlmírez consiguió ponerse a salvo con el niño al que lleva con su madre. Urraca lo deja bajo custodia en el castillo de Monzón de Campos y decide ponerse personalmente al frente de la ofensiva contra su esposo.



A partir de ahora se desmaneja la cosa, cada uno de los reyes preocupado de fortalecer sus posiciones. El Batallador presiona con ataques militares a las villas del Camino, ocupa fortalezas de La Rioja y Bureba, mientras que Urraca hace cuantiosas donaciones a Santiago de Compostela y se reúne con todos los nobles gallegos y leoneses a los que consigue reconciliar, mientras los castellanos le ofrecen apoyo. Enrique y Teresa de Portugal van de uno a otro ofreciendo apoyos en función de las ventajas que puedan obtener.

Momento decisivo: Pascua de 1112. Urraca organiza un ejército impresionante con todas las fuerzas de sus reino y la ayuda de su cuñado Enrique, se enfrenta a Alfonso en Astorga y por primera vez el Batallador tiene que salir corriendo si quiere conservar la vida, eso sí, Enrique de Portugal es herido y muere poco después.

Sin embargo, los burgueses de las villas y la pequeña nobleza piden a la reina que se reconcilie con su marido, porque a ellos les beneficia más que la gran nobleza. Y si Alfonso vuelve a maltratarla esta vez sí que no habrá vuelta atrás y todos la apoyarán ciegamente. Verano de 1112 y es la cuarta reconciliación. Esto es un pitorreo de matrimonio

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Y por eso la cosa no dura y en pocos meses ya están dándose otra vez. Todo es un poco lioso, en todas partes hay combates, apoyos a uno por aquí y apoyos a la otra por alla, y encima todo el mundo lucha por sus intereses que a veces no tienen nada que ver con el matrimonio de este par tan mal avenido: por un lado leoneses y castellanos contra navarros y aragoneses en la frontera, luchas sociales entre nobles y burgueses, problemas internos en Galicia entre pequeña y alta nobleza, disputas locales que afloran sin venir a cuento, más esporádicas razzias musulmanas que saquean las fronteras aprovechando que el monte es orégano ¡Ah! y no olvidemos a Teresa de Protugal, que ya viuda sigue con sus cosas, intentando convencer a Alfonso de Aragón de que Urraca quiere envenenarle.

Entre tanta confusión una mala noticia: abril 1114, en Segovia estalla una revuelta y los partidarios de la reina acuden a sofocar el levantamiento. En la refriega fallece Álvar Fáñez, entre 67 y 70 años, el hermano de armas del Cid, es el fin de una era



Álvar Fáñez en Burgos. Una de sus hijas, Eylo Álvarez, se casará con Rodrigo Fernández de Castro «el Calvo». Juntos serán los padres de Álvaro Rodríguez de Castro, el segundo esposo de la reina Urraca la Asturiana. Aquí todo queda en familia

Ahora bien, mucho te odio y me zurro contigo, pero ambos cónyuges firman como Totius Hispaniae Regina y Imperator Leone et Rex Totius Hispaniae. Que una cosa no quita la otra

Gelmírez el pobre ya está hasta las narices: este matrimonio está causando problemas estúpidos al reino, la unión había sido declarada nula por el mismísimo Papa y es un hecho que Urraca vive ya con otro hombre... ¡con Pedro González de Lara! ¿Os acordáis? el que dejó tirado a Gómez González en Candespina. Lo de esta mujer no tiene nombre Menudo culebrón.

En fin, que por fin en 1114, se organiza un concilio eclesiástico en León que le dice a los reyes que o se separan o los excomulgan, que ya estuvo bien. Alfonso repudia a Urraca con la excusa de la consanguinidad, la lleva a Soria acompañada de una regia comitiva y la entrega a los hombres de la ciudad diciendo: "no quiero vivir con ella en pecado", cuando lo que quería decir era: "no puedo con esta mujer, me tiene hasta la cimera de yelmo"

Adiós al sueño de Alfonso VI.

Pero esto no acaba aquí, que va. Castilla forma parte del reino de León, históricamente eso está claro, pero Alfonso no quiere soltarla, primero porque se ha molestado en crear varias guarniciones en la cabecera del Tajo y segundo porque Castilla cobra las parias de Zaragoza y por tanto tiene derechos de conquista sobre la ciudad a la que hace tiempo le tiene echado el ojo.

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Tanto follón cristiano nos ha hecho perder de vista a los vecinos del sur. En al-Ándalus se ha establecido el nuevo poder arrasando los reinos de Taifas, ha llegado el fundamentalismo africano

Al-ándalus pasa a ser una región más del reino almorávide con capital en Marrakech, Marruecos. Los viejos reinos son ahora provincias con un gobernador a su cargo aunque el tema administrativo siga en manos andalusíes.

El gobierno almorávide se caracteriza por una acusada disminución de libertades a cristianos y judíos residentes en el sur y por una abierta hostilidad a los reinos cristianos del norte. Se acabó el buen rollito de los tiempos taifas.

Desde 1106, el soberano es Alí ben Yusuf, que ha recuperado Valencia, ha penetrado hasta Coímbra y se ha hecho con el poder en la taifa de Zaragoza. La España mora vuelve a ser sólida militarmente hablando y, sin embargo, algo se debe respirar en estas tierras que nos inclina a tener problemas políticos, económicos y religiosos , porque en 20 años el estado almorávide se va a descomponer.

Problemas religiosos y sociales: la población mozárabe de al-Ándalus había alcanzado unas condiciones de vida bastante cómodas aprovechando la debilidad de los poderes taifas, sin dejar de ser ciudadanos de segunda, en realidad. Los almorávides son integristas así que les apretaron las tuercas a los cristianos y a los judíos que empiezan a emigrar masivamente hacia el norte, hablamos de decenas de miles en una época en que la población española no era muy alta, con lo que la economía, sobre todo agraria, de la España musulmana va a sufrir mucho.

Problemas económicos: los Reinos de Taifas pagaban las famosas parias a los cristianos y para ello sangraban a su población, los almorávides prometieron eliminar todos los impuestos excepto los estrictamente coránicos. El pueblo estaba encantado con los recién llegados.

La política fiscal musulmana se resume así: que los musulmanes paguen lo menos posible y los infieles sostengan la mayor carga. Según el Corán, los musulmanes sólo deben pagar un impuesto-limosna llamado sadaqa que constituye en el 10% de sus ganados, cosechas o mercancías. Los mozárabes y judíos pagaban la yizya que variaba en función de la riqueza del individuo y el jaray, entre un 20 y un 50% de la cosecha prevista para ese año, pagado por adelantado. Los almorávides se pasaron un huevo aplicando rigurosamente estos impuestos de forma que mozárabes y judíos se empobrecieron considerablemente. Los ingresos del tesoro se completaban con la 5ª parte del botín de guerra que corresponde al emir.

Después de Zaragoza ya no hubo conquistas militares y cada vez más mozárabes y judíos huyen al norte y los que te quedan son más pobres, ergo tu sistema de recaudación entra en crisis. Con clara lógica almorávide , Alí ben Yusuf aumentó los impuestos al comercio, el qalabat que en los reinos cristianos se llamaba sisa y nosotros llamamos puñetero IVA Ahí sacaba buenos dineros ya que las rutas comerciales del Sudán se extendieron hasta el Mediterráneo tras la conquista de Valencia, pero las grandes beneficiadas eran las repúblicas comerciales italianas (Génova, Pisa...), no nuestros comerciantes locales.

Problemas políticos: una élite recién llegada, los almorávides, vivía a expensas de la población andalusí, sea mozárabe o musulmana. Y eso en España lo toleramos mal, las mismas razones metieron en problemas a los romanos, a los visigodos y a los árabes. Las viejas oligarquías que ya mandaban aquí antes de los advenedizos empezaron a alimentar el rencor. Y al final la cosa estallará...

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