Octavius escribió:
Es evidente que a Jaime le dieron todos esos cargos en consejos de administración y fundaciones por ser marido de la Infanta. Sin embargo, yo creo que hablar de corrupción es incorrecto, dejad que me explique.
Pongamos como ejemplo la Fundación Winterthur, de la que Jaime era presidente y cobraba -según se publicó en su día- unos 180.000 euros al año. Obviamente, sin ser marido de la Infanta este cargo jamás habría ido a parar a una persona que ni siquiera tiene terminada la carrera universitaria como es Marichalar.
Sin embargo, su estatus matrimonial daba una proyección enorme a todo lo que Jaime hacía. ¡Que levante la mano quien hubiera oído hablar de la Fundación Winterthur antes de Marichalar! Pues por unos míseros 180.000 euros (lo que cuestan cuatro pases en TV de un anuncio) la Fundación ha vivido estos años una época dorada en cuanto a su proyección social e institucional. UNA BICOCA PARA ELLOS. Gana Jaime, gana la Fundación, todos contentos. Se puede hacer una argumentación parecida para todos sus otros cargos.
No se ha dicho en ninguna fuente fiable, que yo sepa, que Jaime esté reclamando ni dejando de reclamar nada (son todo rumores), ni que ninguna de las empresas en las que tiene cargo esté pensando en echarle.
Este hombre nunca fue santo de mi devoción pero yo no daría por buenos ciertos rumores (seguro que intencionados) sólo porque aparecen repetidos en muchos sitios.
Ya me bajo del podio de los sermones.
Tal y como tú lo cuentas, queda muy razonable
Pero el asunto tiene sus bemoles. La gente común y corriente no analiza la situación en términos de: "Mira que espabilados los de Winterthur, por lo mismo que les costarían dos anuncios bonitos en la tele, logran una publicidad y una presencia mediáticas magníficas durante todo un año". La gente lo vé en términos de: "Joé con el Marichalar, 180.000 a tocateja al año por un trabajito hecho a su medida. Y encima se pluriemplea de lo mismo, nada de currar pero a poner cazo en varios sitios".
A mí, personalmente, me la refanfinfla si Winterthur o cualquier otra fundación prefieren pagarle ese dineral a un consorte de infanta en vez de a una agencia prestigiosísima para que le diseñe un glorioso publireportaje televisivo. Pero no me gusta nada que la gente pueda sacar la impresión de que los yernos del rey, por serlo, se lo llevan calentito. Reconozco que los consejos de administración están llenos de "figuras decorativas", generalmente con apellidos muy sonoros y conexiones significativas. Pero no me gusta que en esa "nómina" se incluya a los yernos del rey. Esas cosas siempre salpican al rey, de una forma u otra. Y cuando digo al rey, me refiero a la persona que en cada momento encarna la jefatura del Estado.
No sé si me explico apropiadamente, pero, para que me entendáis, estas historias me recuerdan a María Cristina y su duque de Riansares. Llegó un momento en que se les atribuía participación en todas las aventuras empresariales y especulativas de la España isabelina. Los Riansares se forraron, mientras arreciban las críticas hacia la monarquía. ¿Acaso no tenían derecho María Cristina y Fernando a buscarse la vida, a sacar tajada, en provecho propio y de sus ocho "muñoces" que por muy medio hermanos que fuesen de una reina, no tenían arte ni parte en la fortuna real? Pues sí, quizá sí. Pero el resultado fue que contribuyeron a la creciente animosidad contra Isabel II. Y ya sabemos lo que le pasó a Isabel II: el pollo a la pepitoria se lo acabó comiendo en París.