Para centrar los hechos...
Crista se casó con Alfonso el 29 de noviembre de 1879. Nota cotilla: todos comentaron que se veía la mano de Sophie en el precioso vestido de novia, de raso blanco bordado con flores de lis de plata, cola larguísima y un velo de encaje de Alençon. Sophie fue, al parecer, la más elegante de la fiesta conjuntamente con la duquesa de Medinaceli (que para acompañar el
modelito se colocó en la cabeza una corona ducal con enormes turquesas engastadas) y la condesa de Guaqui. Pero incluso las señoras de la familia real que no eran conocidas por su buen gusto habían hecho un esfuerzo. La ex reina Isabel II tendía a emperifollarse en demasía, recargando de adornos vestidos de tonos intensos, lo cual hacía que resaltase todavía más su orondísima persona. Esa vez, sin embargo, optó por un traje de raso blanco guarnecido con tisú de oro y encajes de Alençon, mezclando en el aderezo jacintos con diamantes. Isabel princesa de Asturias, otra que solía "dar el cante", se había cortado lo justo. Su vestido combinaba raso blanco con terciopelo azul celeste, pero estaba bordado con flores de colorines y no le faltaban algunas plumas.
Todo el mundo se "comportó" al relatar la boda, excepto los periodistas de un periódico tradicionalmente montpensierista, es decir, muy inclinado a Antonio duque de Montpensier. En el artículo, se detallaba el orden del cortejo en el trayecto de Palacio a la basílica de Atocha, se hablaba de la prestancia de los Grandes de España, se describían los tocados de las damas más señaladas, se hacían profusas referencias a los invitados extranjeros. Pero a continuación venía la grosería:
"La ceremonia religiosa ya la conocen los lectores por haberla reseñado este periódico con todo detalle el año pasado".La suerte de Crista es que seguramente no se enteró (el resto sí se enteraron y soltaron la lengua a paseo de lo lindo). Era una señal clara, inequívoca, de que "el fantasma" de Mercedes estaba y estaría muy presente detrás de la nueva soberana. Mercedes había sido la enteramente amada, ésta era la conveniente y punto pelota.
Crista cumplió: el 23 de abril, o sea a los cinco meses de la boda, se anunció oficialmente que estaba embarazada. Debido al riesgo de pérdidas espontáneas, de abortos naturales, en el principio de cualquier gestación, se esperó bastante antes de comunicar a la nación la preñez de la reina. La criatura nacería el 11 de septiembre. Una niña, a la que la madre quiso otorgar el nombre de Mercedes quizá para amortiguar la decepción que había causado el que no se tratase de un varón.
Pues bien: el hijo mayor de Elena Sanz con Alfonso XII, Alfonso, había nacido poco antes. De hecho, el día en que Alfonso XII se había casado con Crista, Elena estaba embarazada de casi SIETE MESES. He leído dos versiones alternativas: una de ellas establece que el niño, Alfonso, nació a principios del año 1880 en París, a dónde había sido enviada la cantante para que pariese con la mayor discreción; otra asegura que Alfonso nació efectivamente a principios del año 1880 en Madrid, pero que, para evitar un escándalo mayúsculo, se envió a Elena con el bebé a París a fín de que se le inscribiese en la lejana capital del Sena. Fuese lo uno o lo otro, Crista se enteró de que existía Elena Sanz y de que existía Alfonso, el hijo ilegítimo de su marido con Elena Sanz, cuando estaba ella misma en los inicios del embarazo que desembocaría en el nacimiento de Mercedes.
El chasco de Crista tuvo que ser monumental. Mientras Elena estaba en París, Alfonso pareció "olvidarla" en brazos de otra cantante célebre, Adelina Borghi. Pero al retornar Elena, de nuevo se reanudó la relación de ambos, muy apasionada. El 28 de febrero de 1881, en Madrid, nacería otro niño que demostraba que Alfonso y Elena mantenían la fogosidad de antaño: Fernando. Para entonces, Crista seguía siendo madre "sólo" de la pequeña Mercedes. Parecía un sarcasmo del destino que la amante hubiese producido dos varones en tanto que la legítima, con su linaje imperial, únicamente había logrado ofrecer una fémina.